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Entrenador nacional de voleibol | La cancha

El voleibol en la última Olimpiada

Algunos consejos para que España vuelva a la élite

Pablo Herrera golpea el balón.

Presenciar los partidos de voleibol, aunque sea desde la pequeña pantalla, en la reciente Olimpiada celebrada en Brasil, fue todo un espectáculo por el gran nivel exhibido tanto en categoría masculina como femenina.

Recordemos que en masculino, las medallas se distribuyeron así: Oro: Brasil. / Plata: Italia. / Bronce: EE UU. En femenino, Oro: China. / Plata: Serbia. / Cobre: EE UU.

De todo esto se desprende que Italia marca el paso en el Continente Europeo, mientras que Asia y Sudamérica encabezan el voleibol mundial en estos momentos, mientras que EE UU se sitúa en un discreto tercer puesto, dadas sus aspiraciones.

España, desde aquel mítico diploma en Barcelona 92 y con alguna que otra esporádica aparición, parece que ha perdido el tren y hasta el momento no ha podido o no ha sabido subirse al mismo.

Creo que hay males en nuestro voleibol que se están cronificando. Entiendo que desde ya, hay que hacerse con los servicios de un seleccionador con bagaje internacional, ducho en campeonatos de Europa, Mundo o con experiencias olímpicas con ganas de trabajar, que tenga como única y exclusiva misión de clasificar a España para participar en la próxima Olimpiada en Tokio 2020.

El plan de trabajo deberá preparar a nuestra selección para enfrentarse a selecciones de un nivel algo superior al nuestro; para llegar a una 2ª fase en la que habría que enfrentarse a aquellas selecciones con grandes expectativas de clasificarse para los próximos JJ OO.

Una vez finalizada la competición de la Superliga y tras un breve descanso, concentración con trabajo intensivo, consistente en entrenamientos y partidos y al comienzo de la temporada instrucciones a los entrenadores de los respectivos clubes, para que trabajen también de forma específica con aquellos jugadores seleccionados, haciendo un seguimiento minucioso, con controles periódicos. Otra cuestión importante es que el mandato de los presidentes de Federaciones Nacionales no exceda de 8 años, es decir 2 mandatos de 4 años o 2 periodos olímpicos; lo que no puede ser es que haya presidentes, y no me refiero al voleibol solamente, que lleven: 15, 20 o 25 años al frente de un deporte, eso es un disparate que la ley del Deporte debe de legislar y estructurar de manera inminente.

Todo esto, y mucho más, es lo que creo que debe hacerse para que el voleibol español en particular salga de ese letargo, en el que hace años está sumido y parece que nadie o casi nadie se atreve a enfrentarse con ello.

Ya va siendo hora que de dar un paso al frente y arriesgarse en esta apasionante misión.

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