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Un hombre de hierro

El triatleta castrillonense Pablo Justo Jiménez disputó el Ironman de Suecia, con 3,800 kilómetros a nado, 180 en bicicleta y 42 a pie

Pablo Justo Jiménez muestra el trofeo conseguido en el Iroman de Suecia.

El triatleta castrillonense Pablo Justo Jiménez cumplió uno de sus sueños, disputar un "ironman", concretamente el que se celebró en Kalmar, una ciudad al sur de Suecia, este verano. "Me salió mucho mejor de lo que esperaba, además el día era perfecto, nublado y sin viento y me encontré bien. De hecho, me sorprendí mucho cuando me enteré que en la natación salí del agua entre los 40 primeros", señala el deportista,que milita en el Triatlón Castrillón.

La carrera que disputó en Suecia ya es bonita de por sí, 3.800 metros de natación, 180 kilómetros de bicicleta y 42 corriendo en los que da tiempo a todo. "Sí que da tiempo. Momentos de más sufrimiento, momentos en los que levantas la vista y ves a todo el mundo animando, rectas interminables para ver el paisaje", recuerda el triatleta. La prueba comienza nadando en el Báltico en la bahía de Kalmar, para luego coger la bicicleta e ir desde la localidad sueca hasta la isla de Öland, una de las islas de veraneo de los suecos, por un puente de 7 kilómetros. Tras recorrer la isla en bicicleta se regresa a Kalmar para correr por el centro de la ciudad. "En la maratón sufrí un poco más, mi objetivo era acabar y acabé como pude. Lo conseguí así que estoy muy contento", señala.

El castrillonense viajó a tierras suecas junto a un gijonés, Luis Barrera, que también sacó una buena experiencia de la competición. "Hay poco tiempo para conocer gente, sobre todo, por el idioma, pero es una buena experiencia. Por ejemplo, en el tramo de bicicleta me junté con un vallisoletano e hicimos muy buenas migas", comenta.

Una de las cosas que más le llamó la atención fue el ambiente que se creó en el pueblo. "A las 6.45 de la mañana estaba todo el mundo viendo la salida, había muchísima gente y en el recorrido nos encontramos a gente que había sacado las mesas para desayunar en la calle y nos iban animando, música con altavoces desde los balcones. Fue una fiesta", recuerda Jiménez. La cantidad de voluntarios era incontable: "Cuando hice el registro había un voluntario que te acompañaba hasta el lugar de la bicicleta, incluso, te hacían una fotografía con las pertenencias y al recogerlas comprobaban que nadie se llevara nada de más. Detalles que se quedaron grabados", comenta el castrillonense.

"El objetivo era acabarlo. Trabajo en la construcción y tengo muy poco tiempo para entrenar. Lo que hago es hacer entrenamientos más intensos y, por ejemplo, para prepararme venía de trabajar desde La Felguera a Piedras Blancas en bicicleta", explica el castrillonense. No es algo que le recomiende a cualquiera: "Un ironman hay que prperarlo con mucho cuidado. Llevo más de diez años haciendo triatlón y tengo una base, por eso me pude permitir afrontarlo con un poco menos de entrenamiento del normal", sostiene. Y es que reitera que preparar una prueba de este tipo requiere un gran control. "Iba a disputarlo el año pasado, pero vi que los análisis no iban como deberían ir y lo pospuse. Para ir a estas pruebas hay un control exaustivo, tanto con la dieta, como con análisis, pruebas de esfuerzo, electrocardiogramas. Yo no me la juego", sostiene Jiménez.

No es la única experiencia del castrillonense en las grandes pruebas. En 2013, ya disputó una en Vitoria, sobre las mismas distancias, pero en otro circuito de ultratriatlones los "chalenge". "Creo que esta vez acabé mejor que hace tres años, que no me podía ni mover, así que una razón más para estar contento", comenta Jímenez. El triatleta explica que competir en este tipo de pruebas, lleva a tener que sacrificar otras por el desgaste físico, pero para probarse sí que realizó un par de medias distancias. "Para hacerlo tuve que salir de Asturias. Fueron en el Bierzo (León) y en Salamanca y ahí comprobé que podía hacer frente a esto", explica.

Pablo Justo Jiménez está muy agradecido a sus entrenadores y les da parte del mérito: Alberto del Cueto, que le dirige en la natación, y Emilio Suárez, que se encarga del ciclismo y la carrera.

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