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"Llegaré a Oviedo en la segunda mitad de 2017"

El ciclista payaso Álvaro Neil cumplió en Bulgaria los doce años de su vuelta al mundo en bicicleta, que inició en 2004

Álvaro Neil con un niño, en una de sus actuaciones. LNE

El asturiano Álvaro Neil (Oviedo, 1967), ciclista payaso, celebró el pasado 19 de noviembre su decimosegundo aniversario alrededor del mundo en bicicleta. Lleva recorridos la friolera de 163.500 kilómetros por 120 países en una aventura que comenzó en Asturias en 2004.

Con 49 años recién cumplidos, Neil, que actualmente se encuentra en la capital de Bulgaria, Sofía, está a la espera de concluir su periplo alrededor del mundo en la segunda mitad de 2017.

Una avería en el eje pedalier de su bicicleta le obliga a permanecer actualmente en la capital búlgara. "Si se me estropea la bicicleta, me preocupa más que si estuviera enfermo porque me rompe todos los planes", señala este payaso, que vive en su bicicleta y recorre el mundo ofreciendo sus espectáculos de clown en favor de las personas más humildes.

-¿Cómo lleva estos últimos meses de su aventura?

-Entré en Italia el 15 de agosto para subir al Cabo Norte. Ahora estoy en Bulgaria y con el tiempo que hace aquí, con mucho frío y lluvia, se hace difícil pedalear, además oscurece muy pronto. Hacer 70 kilómetros es una proeza, y en Rumanía, en el puerto de Transfargarazan, con nieve a 2.030 metros, me tocó empujar la bicicleta los últimos 5 kilómetros.

-¿Qué le impresionó más?

-La gran hospitalidad de las gentes de Rumanía en comparación con la de los países nórdicos, que son ricos. Allí la vida es muy cara y tiran mucha comida que es aprovechable a la basura. Yo la recogía y me alimentaba con ella porque vivo con 250 euros al mes.

-¿Cómo es la circulación en las carreteras? ¿Es peligrosa para los ciclistas?

-Es otro mundo y muy peligroso, te juegas la vida. Tal parece que en Rumanía es obligatorio que el conductor vaya hablando por teléfono móvil mientras conduce, y estás muy expuesto a muchos riesgos.

-La bicicleta parece que aguanta bien.

-Sí, aunque a veces da algún problema. Es por el gran peso que lleva encima y los miles de kilómetros recorridos. Se "queja" con muchos ruidos. A 50 kilómetros de Sofía me llevé un gran susto. Menos mal que me llevaron a un mecánico para arreglar el eje pedalier y me soldaron la patilla del cuadro. Le invité a una cerveza para celebrar los doce años que llevo por el mundo y él me dejó quedarme en su taller, en el que tiene un sofá y un baño. Allí puedo cocinar y tengo conexión a internet para pasar las duras noches.

-¿Qué planes tiene?

-Lanzo de caras a las Navidades un calendario con fotografías y frases de mi vuelta al mundo para que se acuerden de mí. También cuento ahí cuándo volveré a Asturias. Es una forma de financiarme, junto a los ingresos que tengo con mi libro "Una declaración de intenciones".

-¿Cómo será ese regreso?

-Espero hacer conferencias y espectáculos por España antes de llegar a León y bajar el puerto de Pajares con un pelotón similar al de la salida, donde estaban ciclistas profesionales como Samuel y Chechu Rubiera? Será bonito. La fecha exacta en 2017 es mi secreto, la sabrán los que compren el calendario.

-¿Mientras llega ese momento qué hará?

-Ir a Grecia, donde tengo previsto terminar otro libro. El 10 de diciembre tengo una charla-conferencia y espectáculo en Atenas con refugiados de una ONG y otra en la Academia de Español. Y el día 11 hago un viaje relámpago a Dubai para otra charla en un festival de viajeros. También me llaman desde México y Andorra.

-¿Se llevará muchas alegría a lo largo de su aventura ?

-Las últimas son poder contar con una nueva página web que me creó un argentino que vive en Berlín. Tengo la ayuda y el apoyo de mucha gente que me reconoce y valora lo que estoy haciendo.

-¿Y el mayor disgusto?

-Sin duda, el fallecimiento de mi madre, Marisa, el 10 de mayo. Fue muy duro. No pude acudir al entierro porque ya estaba realizando el viaje en barco de Brasil a Italia. Mi madre cuando salí de Oviedo me dijo "igual cuando regreses ya no estoy". Mi aventura se alargó más de lo previsto y ya no la veré. Lo mismo sucederá con algunos de los que me apoyaron y acompañaron en la salida de la Catedral hace doce años. Tengo que dar las gracias por haber podido realizar esta aventura.

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