"Sobre la bicicleta no me puedo acordar de la edad, porque si lo hago, me pararía y me sentaría en un banco". Quizás sea por el carácter que imprime el haber trabajado en la mina durante más de un cuarto de siglo, o el ser natural de Muñón Cimiru, en Pola de Lena, donde la montaña es el medio natural . El caso es que Celestino Madera, un lenense de sesenta años, sigue dando lecciones sobre pedales en el equipo Cyclea - De la Uz.
La bicicleta llegó por primera vez a su vida hace dos décadas, cuando abandonó la práctica del trial. Entonces Tino adquirió una bicicleta de montaña, antes de dar el paso a la carretera. Actualmente, no puede vivir sin entrenar. "Si no salgo en dos días, me falta algo", admite.
En Pola de Lena no le falta sitio para entrenar. "Es todo cuesta arriba, sino es la Cobertoria, es el camino a Riosa o dirección Pajares", destaca. Sin embargo, el ciclista asegura que "en ocasiones tengo que ir hasta León o a otras zonas de Asturias para trabajar en llano".
Esta temporada iniciará su tercer curso en el Cyclea-De la Uz, un proyecto liderado por el entreguín Vicente Merino, quien asegura que recurrió a "ciclistas conocidos para fundar un equipo master y que eso sirviese a su vez para potenciar la escuela".
"Tino", como le conocen los amigos, compite en la categoría master 60, pero en su primera campaña en el club todavía militaba en la categoría inferior, master 50. "Se nota mucho la diferencia, aunque cada vez hay más nivel en las carreras master, sea cual sea la categoría", asegura. Y es que los ciclistas que cada vez más ciclistas que en su momento fueron profesionales, deciden prolongar su trayectoria en este tipo de pruebas. "En la primera carrera que disputé, en La Virgen del Camino, muchos nos quedábamos sorprendidos por la media de velocidad, 35 kilómetros por hora; ahora si no haces un promedio de 40 te quedas atrás", bromea "Tino" Madera.
Para ello hay que prepararse a conciencia. Y este ciclista de Pola de Lena lo hace. Madera se entrena seis días a la semana, y cuando no le toca coger la bicicleta, se encarga de realizar recuperación activa, bien con estiramientos o bien en la sauna. La media de kilómetros semanales son entre 300 y 400, algo que para el lenense no es nada en comparación con el ciclismo de fondo que realizaba anteriormente. "Cuando llego a casa con sesiones de 120 kilómetros noto que no es nada, pero decidimos primar la calidad a la cantidad durante los entrenamientos", asegura el corredor. En total, entre dos horas y media y tres cada jornada subido a la bicicleta. "Son entrenamientos donde se va alternando la cadencia y donde, el otro día, llegué con un kilo menos de peso a casa", expone Madera.
La recompensa llega a la hora de observar el palmarés. En la pasada temporada, Madera se alzó con la triple corona de su categoría en Asturias. El de Pola de Lena logró el oro en cronoescalada, contrarreloj y carretera. La medalla en el Campeonato de España se quedó a 40 metros para el ciclista de Muñón Cimiru.
"Conseguir el título en las tres no es fruto de la casualidad, hay mucho trabajo por parte de "Tino" detrás", expone Vicente Merino. "En la pasada temporada me encontré bastante bien", asegura. En esta campaña, el lenense comienza a recuperar sensaciones. "A lo largo de esta semana noté que iba mejor", considera.
Las pruebas este año estarán más dosificadas para Tino Madera. El motivo no es otro que la preparación para el Campeonato del Mundo master, que se disputará en la localidad francesa de Albi. En el mes de mayo se llevarán a cabo los clasificatorios, mientras que en agosto tendrá lugar la prueba final.
A sus sesenta años, Celestino Madera continúa siendo un ejemplo para todos los que le conocen. Metódico y sacrificado, el campeón de Asturias dará el salto a pruebas de ámbito internacional. Como señala el refrán, "nunca es tarde si la dicha es buena".
