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Senderismo

La cuenca del río Ahío

Senderistas, en Brusquete. LNE

El río Ahío, también conocido como Bobia, nace bajo los auspicios del Campo de la Bobia, campera ubicada a mitad de camino de la sierra homónima y salpicada con las torres de parque eólico, que delimita la comarca de los Oscos con Vegadeo, Illano y Boal.

La ruta senderista propuesta da comienzo en la aldea de San Cristóbal o Sancristobo (749 m), adonde llegamos procedentes de la carretera AS-13 desde el lugar de Penacoba. Una vez allí, tomaremos la dirección que nos señala el panel informativo cruzando la aldea por sus caleyas casas bien conservadas y pasando finalmente al lado de su ermita dedicada a San Cristóbal. Un prolongado descenso por el manto vegetal, donde abundan las cuerrias para los erizos de castaños, nos lleva a cruzar el arroyo Telapena y más abajo el río Ahío, que atravesamos por un puente arqueado de piedra (500) -1,5 km en 30 min de marcha.

Proseguimos con la marcha hacia el Sur por la margen opuesta del río cruzando a la vera del viejo molino de Mourelle anunciado en una placa, iniciando a continuación el remonte que nos lleva a la abandonada aldea de Mourelle (600 m) -2,6 km en 1 h de marcha. Hasta aquí llega una pista de montaña y por ella proseguimos con la remontada cuya fuerte subida alcanza una pronunciada curva sobre el lomo descendente del cordal (801 m), cuyo giro a la derecha va en dirección al Campo de la Vaga pasando anteriormente por los restos, casetones mineros y bocaminas incluidas, de la vieja mina de hierro de "La Excomulgada".

Durante este último tramo de la ruta, las panorámicas se abren hacia el valle y sobre el propio cordal que lo delimita, donde sobresale el caserío y el pico Bobia de 1.197,3 m de altitud y su barrera de aéreo-generadores. A partir de aquí hemos de proseguir la marcha por un camino en dirección a la aldea de Brusquete, que tiene un desvío que nos traslada al cercano pico de Balongo (810 m), extraordinaria balconada hacia todo la cuenca del Ahío.

Superado éste, continuamos llaneando, por un camino que faldea la ladea del cordal y traspasa la riega Do Calvario, superando seguidamente nueva remontada para enlazar con una pista con buen trazado que soslayando algún crucero, nos lleva hasta la aldea de Brusquete (780 m) -6,8 km en 3 h de marcha-, también abandonada, pero que conserva algunas casas en pie. Proseguimos con la ruta faldeando la ladera meridional de La Bobia hasta agotar la pista desde la cual iniciamos un pronunciado descenso por un camino que nos conduce al cauce del río Ahío. La mancha arbórea vuelve a cubrir nuestras cabezas y favorecidos en algunos tramos por los escalones con alguna cuerda de apoyo que han colocado expresamente y teniendo la posibilidad, un poco más abajo de visitar optativamente la cascada de Celón, alejada de la ruta senderista. Una señalización nos conduce a la cascada que está originada por el arroyo de de la Carriza. Después volvemos al camino original prosiguiendo con el descenso con el apoyo de los escalones, cruzando más abajo el propio reguero Carriza. Enseguida cruzamos nuevamente el río Ahío por un pequeño puente de madera provisto de apoyos de cuerda, topándonos en la margen opuesta la señalización de la cascada del Picón, ruta que obviamos (610 m) -9 km en 4 h de marcha.

A partir de aquí comienza el sostenido remonte que asciende hasta la carretera de acceso a San Cristóbal. Lo llevamos a cabo por un buen camino que zigzaguea por el bosque y con alguna armadura, porque hay que tener en cuenta que por este camino transitaban los lugareños hacia el molín de la Bobia, para la molienda del trigo que se cosechaba en el cordal. Más arriba cruzamos a la vera de un truébano de abejas y el camino enllana durante un tramo mientras ya a aparece en las cercanías el pueblo de San Cristóbal encaramado sobre una repisa del cordal. La ruta finaliza en el extremo superior del pueblo donde se conecta con la carretera a Penacoba.

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