La ruta parte de la villa de Grado, yendo por el Rodaco (La Mata), y de forma tranquila se llega al entronque del Rellán (AS-311), por cuya carretera se rueda unos metros para entrar en Alcubiella (El Bailache) al sendero de pequeño recorrido del Conde Coalla (un levantisco noble que pobló estos predios) en cuyo homenaje se hizo esta senda, por cuyo trazado rodaremos unos buenos e intensos kilómetros.
Trazado que se embosca en caminos de cantos rodados y tierra arcillosa, por los cuales iremos trastabillando pegados a la vera de la cantarina riega de Menéndez, al poco el camino nos deja ante una portilla que nos da paso a una serie de sendas que se pegan aún más a la citada riega. Un sendero de apenas 50 cm de ancho, lleno de sorpresas que requiere destreza y buena conducción, si uno no quiere acabar en el río. De este modo se transita durante 2 km, por entre senderos y prados.
Tras este recorrido se desemboca en la carretera de Cuanxú (GR-2), por cuyo eje se rueda hasta el lugar de Coalla, aquí recomiendo seguir por la carretera de Pumarín que sube a Ballongo, hasta llegar a La Llamera, un alto que nos da acceso tanto hacia Santo Adriano del Monte como al pueblo de Baselgas por El Reguerón.
Puesto que de seguir en Pumarín por el sendero marcado del conde Coalla ello supondría un fuerte porteo, que se hace muy duro y complicado.
Una vez en este significativo lugar de La Llamera, y colocados en el mismo entrante de la pista de Santo Adriano, se debe tomar un camino a la izquierda que está alambrado, por lo cual habría que ir por el prado aledaño para de este modo pegarnos a la cubeta de una pequeña riega, que baja sin agua, y por cuya vera trepa un sendero que por La Mortera asciende hasta la cocorota de La Folguerúa. La senda va al otro lado de la riega, y este tramo supone unos 15 a 20 minutos de porteo, hasta coronar el arranque de la Sierra de la Cueta. Una vez en la zona alta del promontorio, tampoco es que el camino esté muy claro, el trazado va una senda que va dando vuelta a los picos de la Cueta y el Canales por la vertiente oeste, para bajar por la ladera del monte hasta llegar a la naciente pista.
Aquí se sigue por la pista en descenso, pasando por la casería de Canales hasta desembocar en la AS-313, que está en estadio de reparación integral, y ya con 16 km de ruta, se continúa por ella hasta el desvío de Bayo, y seguir hasta el próximo punto: La Caleya. De aquí se sale por el camino lateral dirección a la Vega de Peridiello, para doblar mucho antes para buscar en medio de un prado el paso hacia el río Sama, cuyo vado se cruza por unas piedras, para de este modo ganar la aldea de Belandres, y continuar a Borondres, concluyendo el recorrido en el mismo centro del pueblo de Báscones. Desde aquí no queda otra que ir salvando varios valles transversales, con un trazado donde los caminos se vuelven exigentes.
De este modo se sube al pueblo de Somines, para proseguir, una vez cruzada la riega de la Verga, por un amplio felechal (Panicera) y con el camino medio perdido llegar a una amplia pista que nos conduce hacia la picota del Guileiro, pero antes nos iremos por la izquierda por Los Llanos de Meirín.
Aquí, de nuevo volvemos a meternos en caminos embarrados, y en la Casa de Adolfo se dobla a la izquierda para continuar hacia Prioto siguiendo rumbo norte hasta la Casa del Carballedo, en cuyo punto se gira a la izquierda comenzando un descenso por la aldea de Sestiello, la cual se pasa por un lateral, prosiguiendo la bajada por El Rebollal y, ya de una forma cómoda y por asfalto, se entra por el barrio de San Pelayo de nuevo a Grado.
