El puerto Ventana (1.587 m.), constituyó desde siempre uno de los pórticos de entrada a la región asturiana, delimitando las provincias de Asturias y León y comunicados entre sí por la AS-228 Trubia-puerto de Ventana, originaria de principios del siglo XX. Antiguamente Ventana fue hito de los caminos tradicionales que internaban en la región desde la Meseta en dirección a Teverga por la venta La Puerca ("Camín de Invierno") y a Quirós por Trobaniello ("Camín de Verano"). En las inmediaciones del puerto de Ventana emerge un núcleo de montañas sobre las que prevalecen las altas cimas que configuran uno de los cordales que se articulan entorno al macizo del parque natural de Las Ubiñas-la Mesa.
La quebrada sierra que escolta este lugar, se desprende desde el pico El Siete y navega al norte por los conocidos picos de los Fontanes hasta el Campu Faya, último eslabón que descansa sobre la localidad de Ricabo. El Tambarón es uno de los más representativos de esta cadena que determina la frontera natural entre los puertos quirosanos de Agüeria y Socellares respectivamente. Comienza este itinerario discurriendo en un principio por una buena pista de tierra que surge en la margen oriental del puerto cuyos orígenes proceden de unas minas de carbón a cielo abierto, clausuradas hace tiempo. El itinerario marcha hacia el norte (G. R. 207 "Ruta de Las Reliquias") por la pista que llanea bajo le perfil cumbrero del pico Rebollosas.
Enseguida nos topamos con la fuente denominada Brañanueva y la ruta prosigue ondulante y sin apenas desnivel hasta llegar a la altura del collado de Espriecha (1.589 m.)- 2,8 Km. en 1 h. de marcha-. Aquí la abandonamos yéndonos hacia la derecha por la loma de Cuesta Agria siguiendo la traza del viejo camino que escorándose hacia el mediodía confluye en Cueñas Albas (1.788 m.)- 4,3 Km. en 1h. y 50 min. de marcha-. Constituye la bocana del gran anfiteatro de la vega Socellares, antigua cuenca glacial y zona lacustre que está rodeada de quebradas montañas por todo su perímetro circundante,
Por el reborde septentrional de la vega se levanta una cabaña pastoril, a donde nos dirigimos y cuya visita soslayamos, insistiendo en el rumbo que hemos elegido por la vega de Bustiu hasta su término donde tomamos un sendero que varía el rumbo al este. Por ahí vamos superando los sucesivos escalones de la ladera que se interponen en nuestro avance hasta toparnos con una herbosa vallina que culmina en la escotadura que separan al Campu Faya del Tambarón. Nos dirigimos a este último tras un breve giro a la derecha y desde este baluarte (2.005 m.) 6,8 Km. en 3 h. y 30 min.-, contemplamos los impresionantes abismos que caen verticalmente desde estas afiladas montañas hacia el valle quirosán de Llamasalga. Todos estos eslabones de la cordillera tienen nombres propios como son: el Campu Faya, Buracu, Tambarón, La Silla, Peñón Ameno, Huertu del Diablu, Peña Melluque Más allá y entre un laberinto de montañas su dibujan los emperadores del macizo como son Panchón, Ranchón los Fontanes, etc., que elevan por encima de los emblemáticos pastizales que configuran los puertos de Agüeria
Como retorno al lugar de inicio y acortando la distancia, descendemos hasta lo más profundo de la vega de Socellares que traspasamos directamente hasta culminar en Cueñas Albas donde variamos el rumbo a la izquierda al encuentro de un marcado sendero que nos conduce tras una pequeña subida hasta la antigua explotación minera por el collado de Las Rebollosas. Allí nos topamos con una de las pistas que zigzaguea por la ladera hasta confluir nuevamente en la fuente de Brañanueva. Tan sólo nos resta que avanzar unos metros hasta presentarnos nuevamente en el puerto Ventana.
