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Bolos

Pruneda logra su undécimo título a un nivel intratable

El naveto promedió 44 bolos por juego para doblegar claramente por 14 a 8 a un gran pero desafortunado Bernardo

Javier Pruneda sigue siendo el rey de la cuatreada y su leyenda parece no tener el límites. A escasos días de cumplir los 42, el naveto jugó ayer la que posiblemente fue su mejor final de un campeonato de Asturias absoluto. La recompensa fue una victoria frente a su máximo rival, Bernardo Menéndez, que a pesar de rayar a un excelente nivel se encontró con un contrincante intratable y la falta de fortuna para acabar cayendo por la vía rápida por 14 juegos a 8 en la bolera de Lugones. Un triunfo que para el de Villa de la Sidra-Titi supone el undécimo en el antes denominado Campeonato de España y le consolida al frente del palmarés histórico con dos entorchados más que Menéndez, que ya cuenta con 49 años.

Las expectativas para el cara a cara eran máximas. Los dos roscadores más laureados de todos los tiempos se citaban en la partida decisiva del torneo más prestigioso del año y en un momento muy dulce de juego. Finalmente, los protagonistas no sólo cumplieron con lo esperado, sino que incluso lo superaron y de haber sido una partida más igualada en cuanto al marcador quizás se estaría hablando de uno de los mejores duelos de la historia en un tipo de partidas que, quizás por lo que hay en juego no suelen destacarse por su elevado nivel.

El dominio del de Nava en el luminoso de la bolera sierense fue constante con la única excepción del primer juego de la partida que cayó del lado del de Villa de Noreña. A partir de ahí, una racha de cinco juegos consecutivos permitieron a Pruneda abrir brecha y meter la directa hacia la victoria. El 7 a 4 del cambio de tirada mantenía el duelo todavía abierto de cara a la segunda parte en la que el 8 a 6 fue el momento en el que todo parecía poder igualarse. Sin embargo, otros cinco chicos seguidos para el defensor del título le sirvieron para colocarse a un paso de la victoria que cerraría después de ceder sus dos últimos juegos frente a un Menéndez que, como es habitual, nunca se dio por derrotado.

Los tanteos hablan por sí solos de la calidad expuesta sobre el tiro y el castro. El campeón promedió 44 bolos por juego a la hora de poner. Fue una apisonadora que dejó, tanto para la mano como para el pulgar, juegos espectaculares. El más grande fue de 62, pero hubo otro de 55 y otros de 54 que supusieron un listón insuperable para el otro finalista, que de todos modos pudo haber dado más guerra si no hubiese ahorcando una bola con el bolo cinco cuando le quedaban ocho bolos para hacer el que hubiese sido el 7 a 8 y si hubiese tenido más suerte en dos ocasiones previas en las que le quedaba la grande para la última bola y no lo consiguió por cuestión de apenas unos centímetros. Con todo, el nueve campeón de Asturias no quedó muy satisfecho con su rendimiento para el pulgar, alejado de perfección que rayó en casi todos sus lanzamientos para la mano.

El final, que ya se barruntaba inminente en el momento en el que Pruneda sumó su decimotercer juego llegaría con un mate espectacular del ganador. El de la peña Villa de la Sidra tenía que hacer diez bolos con la última bola para borrar 39 y magistralmente lo logró con una pequeña que desató la ovación del público. Ambos rivales y amigos por aquello de tantos años coincidiendo en las boleras se felicitaron mutuamente por su desempeño en la final y se dieron un tímido abrazo que concentró en apenas un metro cuadrado 20 títulos absolutos, de los que la mitad se resolvieron en finales con los dos como protagonistas.

La ceremonia de la entrega de medallas permitió ver al ganador en lo más alto del podio acompañado de su inseparable hija Lucía. A su derecha, el subcampeón y a su izquierda, Alejandro Nuño y Ángel Ibaseta, ambos de la peña El Piles de Gijón, que tuvieron que conformarse con el bronce tras sufrir a los dos colosos en las semifinales. También fueron reconocidos los dos finalistas del Máster Infantil cuya partida por el título se disputó justo antes de la final absoluta. En la misma, el prometedor talento de la peña Villa de Noreña, Jairo González, no tuvo piedad de otra gran promesa como Miguel Ángel, de la peña Batán, al que derrotó por un rotundo 12 a 2.

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