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Senderismo

Un paseo por Lorria

Senderistas y pastores en Brañafoz. LNE

El valle de Lorria es un paraje perdido en un rincón del solar allerano. Está protegido en el flanco meridional por la línea de cumbres de la Sierra de Morgao, mientras que al norte comprime este recinto el pico Castiellu (1.609 m) y los enriscados espolones calcáreos del pico Caorna (1.499 m.) que se extienden a lo largo de dos kilómetros de longitud. Los límites de estos abruptos perfiles están enmarcados entre el collado Busturil al saliente y el pueblo de Río Aller al poniente.

La profusión del arbolado en muchas de sus áreas, compuestas fundamentalmente de hayas, robles y carrascos, dan un toque de distinción en cualquier época del año y dentro de este marco pletórico de encantos naturales, no pasarán desapercibidas las numerosas majadas que jalonan toda su geografía, donde sobresale la denominada Brañafoz.

Este periplo montañero comienza en Río Aller (820 m.), aldea montañera situada a mitad de camino sobre el angosto valle que lleva su nombre y el final de la carretera AE-6 Collanzo - Casomera. La carretera se prolonga 4 km. más por la Paraya, internándose más adelante, por el impresionante tajo de las Foces de Río Aller a cuya salida se localiza la aldea, ahora abandonada, de Entrueyu. Nuevos barrios como La Puente, La Torre, La Capilla, La Cuayeta, El Boleru, Cantuxu, La Cruz, Casa Corral y Mestas, componen este apartado núcleo rural situado al resguardo de los monolitos calcáreos de La Panda y Peña Redonda.

El vehículo lo estacionamos en el lugar de La Torre, desviándonos más arriba hacia Mestas, confluencia de ríos. Lo vadeamos por un hormigonado puente, acometiendo de seguido la dura pendiente de la margen derecha del río Lorria, (izquierda en el sentido de la marcha). Por la escabrosa pista de tierra, enseguida nos emplazamos el lugar del Posaoriu, crucero con desvío a la izquierda que eludimos, para descender ligeramente hasta el conocido Pte. Lorria. (1.000 m.) 1,9 km. en 1 h. de marcha.

Una vez atravesado el puente, la subida prosigue pista adelante, antiguo camino por el que antiguamente bajaban "forcaos" de hierba. La pista profundiza al sur, y soslayando el siguiente desvío a la izquierda, remontamos con decisión una loma denominada "Quentu de río Baxiu" desde la cual ya se contemplan las montañas que encierra este gran circo, destacando los perfiles calizos de los picos Morgao y Laguna que brotan repentinamente, nítidos y solitarios sobre un mar de exuberante vegetación.

La pista cruza más arriba en el lugar conocido como Espines de Can, provisto de una buena fuente y praderías (1.201 m.) 2,5 km. en 1 h. y 30 min. de marcha. La empinada ladera que vamos superando, nos va mostrando nuevos horizontes de la cordillera donde se destaca el puerto de La Madera. Superada esta dura ascensión nos presentamos al término de la misma sobre una pedregosa plataforma para continuar en llano hacia el anfiteatro glaciar de Brañafoz (1.335 m.) 4 km. en 2 h. de marcha, solitario paraje de Lorria que surge de improvisto como un regalo natural de suprema armonía paisajística. Aquí damos por finalizada esta ascensión dirigiéndonos hacia de friísimas aguas de la fuente La Salud, que tan baja es la temperatura del líquido elemento, que antiguamente la aprovechaban los pastores para enfriar la leche y posterior conservación, labor que llevaban a cabo en ancestrales "ocheras", especialmente diseñadas para tal fin.

Desde la mullida campera jalonada de rústicas cabañas pastoriles que se refugian bajo la ladera de la cordillera, nos asomaremos hacia sus excepcionales panorámicas hacia el valle y montañas que aparecen sobre los horizontes septentrionales del Alto Aller. Son magníficas vistas que nos han acompañado durante toda la jornada, cambiando constantemente la perspectiva. Por encima de Brañafoz y mirando al sur, asoman los grandes gendarmes de la cordillera Cantábrica como El Morgao, Valmartín y La Campona, a los que se accede por una senda que asciende hacia ellos por las majadas de Braña Medio y Braña Diós asentadas en la ladera, para después traspasar la divisoria por el Cochau, en dirección a la cuenca del leonés, río Torío. Hemos de renunciar a este destino retornando a Río Aller por el camino de subida.

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