La ruta parte de Cangas de Onís, desde el parquing de la Estación de Autobuses, para seguir el Camino de Covadonga que desfila a orillas del río Sella, camino de la población de Celorio, ubicado a la vera de Soto de Cangas. Tramo que en su totalidad se encuentra asfaltado, y que se hace a buen ritmo.
Se atraviesa Celorio y se sigue rumbo Este, dejando de lado la carretera que va al puente de Cauvilla, paras seguir de frente por firmes de tierras y tramos menos anchos que nos van llevando hasta la carretera AS-14 a la altura de Corao, donde se toma otra carretera, la que sube hacia Corao-Castillo la cual asciende hacia Tárano.Una vez en Tárano, en vez de tomar el acceso rodado, nos vamos en descenso por las pistas de concentración hacia la aldea de Llenín, de donde parte otro eje asfaltado que deja atrás el núcleo y sube de forma abrupta a la par de la riega de Piedrahita hacia la pequeña y altozana aldea de Cuerres, donde se acaba el asfalto.
Un poco antes de que esto suceda, y tras dejar atrás el caserío de Cuerres, nos metemos por el primer camino a mano derecha para entrar por Casa Nueva, y continuar por un camino que se abre a la derecha y que pasa por delante de una cuadra, y cuyo trazado ya no dejaremos, siempre manteniendo rumbo Este, al menos hasta el collado de la Vega el Puerto, pegados al arroyo de Vega Seca y bordeando la parte bajera del Pico Sierra Llanosu, cuando se deja el trazado plano, el camino se estropea y queda reducido a un sendero que se interna en el bosque para ganar el marcado collado de la Vega del Puerto, y limite concejil, lo que supone empujar la bici unos minutos hasta dar vista a los profundos valles en los que enmarca la Calzada de Riocalente o de Mestas de Ardisana.
Ya en el collado, ya mirando hacia el Norte, tras los matorrales y un gran árbol, se encuentra el comienzo de un sendero que se va haciendo más ancho hasta dejar al descubierto un amplia calzada, que tiene tramos los cuales denota la importancia que debió de tener en su día este trazado como eje de comunicación entre Llanes y Corao, este último como auténtico núcleo repartidor de flujos camineros.
La Calzada que proviene de Riocaliente en la vertiente canguesa se gana, como digo desde Cuerres, luego ya en el collado, la otra vertiente nos presenta una bajada técnica, de distinta consideración, aunque no tiene grandes dificultades del tipo endurero. El trazado va dando vuelta al Cantu Llanosu que queda a nuestra derecha y por encima de la riega de Acebal. En el transcurso de la bajada encontraremos una cuadra toda desvencijada, desde la cual la calzada se vuelve más nítida, y enfila ladera abajo para bordear el pico El Selloiz por la cara Oeste, presentando tramos de calzada real muy definidos, aunque hay otros en los cuales tal estructura caminera se está sumiendo en el abandono.
Poco a poco iremos bajando a la vez que se vira hacia el Este, para cruzar la riega del Acebal, lo que nos sitúa en la zona baja del valle, donde ya el camino está muy definido y cuidado, pues hasta punto que ya llegan los vehículos a motor, y cuy trazado no lleva sin más dilación, primero hacia el molino del Avenal, alcanzado unas primeras casas: El Escobín y Telléu, llegar sin problemas hasta el cruce de La Venta.
Dado que no haremos el eje longitudinal hacia Llanes, se vira al Oeste para cerrar el bucle sobre la sierra de la Cubeta, tomando para ello la carretera LL-14, que desde Mesta de Ardisana va en ascenso paulatino hasta alcanzar el pueblín de Riensena, que se deja atrás para ir girar al Sur por la carretera AS-340, y por ella y coronar el Collado de Igena.
Se sigue por este eje hasta entrar en el pueblo de Labra. Ahora solo cabe bajar por el Camino del Palacio, entreverado con la carretera AS-340 hasta Corao, para retomar el camino traído por la mañana, que es un formidable paseo para culminar esta histórica ruta.
