La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Libre y feliz en el mar

Noah Hecht, castrillonense de 13 años, practica el surf desde los 4, es campeón de Asturias sub-10 y sub-14 y sueña con ser profesional o al menos vivir de su deporte favorito

Con el trofeo que le acredita como campeón de Asturias sub-14.

Noah Hecht Suárez, castrillonense de 13 años, tiene claro desde muy niño que lo suyo es el mar. De hecho su madre, Cristina Suárez, recuerda que fue un bebé muy acuático al que no había forma de sacar del agua. Jugar con las olas es su diversión favorita desde muy niño y se convirtió en felicidad cuando descubrió el surf un verano con sólo 4 años. A los ocho ya entrenaba todo el año, aunque reconoce que en invierno "se pasa un poco de frío".

Vivir en Salinas le ayuda a practicar su deporte favorito y aunque no recuerda la sensación que tuvo cuando se subió por primera vez a una tabla, "porque hace ya mucho tiempo", sintió que se había enganchado. "Supe de inmediato que aquello era lo que quería hacer el resto de mi vida porque me sentí libre y totalmente feliz con mi tabla en el mar", explica.

Las condiciones del mar marcan sus días de entrenamiento a la semana, aunque también hace un exigente trabajo en el gimnasio, y si la climatología lo permite entrena un mínimo de tres horas en invierno por la tarde y seis al día en verano, aprovechando que no hay colegio y que puede ir al mar también por la mañana. Casi siempre está sólo en la playa porque, explica, "algunas veces coincido con otros niños mayores, pero de Salinas nunca hay nadie y de Asturias pocos".

Tanto esfuerzo le valió para ser campeón de Asturias sub-10 y acaba de proclamarse en Gijón campeón regional sub-14 frente a once rivales que no se lo pusieron nada fácil. Y ya tiene enfilado su próximo objetivo. "Ahora quiero entrenar fuerte para hacerlo bien en el Campeonato de España que se disputará en junio", explica.

Su entrenador, José María Cabrera, vive en Lanzarote y Noah se desplaza cada tres meses a la isla canaria para medir su evolución y recibir sus consejos. "Él me marca las pautas de lo que tengo que hacer y yo lo hago en Salinas", comenta. Los días de estancia en Lanzarote (ahora está en la isla) son una pura gozada porque, señala, "allí las olas son mucho mejores porque es fondo de roca en vez de arena, como en Salinas, y son más fuertes".

El joven castrillonense asegura que la ola buena se ve pronto. "Te atrae desde lejos, notas que es ésa, y para cogerla hay que remar con fuerza y cuando notas que te empuja te pones de pie rápido. Cuando estoy maniobrando y haciendo giros es cuando me siento totalmente feliz". Parece fácil cuando lo dice, pero en realidad es muy difícil ,y Noah asegura que no hay más secreto que "entrenar mucho y dedicarle muchas horas y mucho trabajo para coger la técnica. Son horas en el mar, trabajo, y ganas de hacerlo bien y mejorar".

Este verano estuvo 22 días surfeando en las Maldivas con Cabrera y no tiene palabras para expresar sus sensaciones. "Fue lo más, y esa experiencia me abrió las ganas de conocer más sitios". Y ya tiene los favoritos: "Me encantaría ir a Hawai, Indonesia... y Mundaka (Vizcaya) en España porque tiene muy buenas olas y hay mucha afición".

El sueño es ser profesional, aunque sabe que en un deporte tan minoritario es complicado, pero está convencido de que su futuro profesional girará en torno al surf de alguna forma. Y sus padres lo apoyan sin reservas. "Es un deporte bastante sacrificado porque hay que entrenar mucho y dependes del mar, pero es lo que quiere desde siempre y estamos con él para que lo intente y persiga su sueño", explica su madre.

Económicamente, su afición exige un esfuerzo para la familia. "Tiene varios patrocinadores que nos ayudan y a los que estamos muy agradecidos porque sin ellos no podría hacer esto, pero hay que viajar mucho para surfear olas distintas y dedicarle muchas horas a pie de playa o buscando olas, de hecho, muchos días cuando el mar no está bien en Salinas o alrededores el padre y Noah se pasan horas en el coche buscando playas con olas", señala Cristina.

Noah estudia segundo de la ESO en el Instituto de Salinas y le gusta la Geografía, pero sobre todo el recreo. "Es cuando aprovecho para jugar algo al fútbol, aunque no me gusta mucho, y para estar con los amigos porque salgo bastante poco al tener que dedicar mucho tiempo a entrenar y estudiar". Su madre aclara que es disléxico. "Nuestro sistema de enseñanza desgraciadamente no está adaptado a la manera en que el cerebro de estos niños funciona que es un aprendizaje audiovisual, así que aprueba a base de mucho esfuerzo y trabajo, como todo lo que hace", concluye.

Compartir el artículo

stats