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Del cuadrilátero a la enseñanza

El lavianés José Manuel Iglesias, "Punky", emprende una nueva vida como profesor de boxeo tras colgar los guantes la pasada temporada, después de una dilatada trayectoria

Los primeros días tras su retirada no fueron fáciles para Punky. Al boxeador lavianés José Manuel Iglesias le costó dejar atrás una vida donde había ganado todo. Empezaba una nueva etapa en la que le faltaba algo. Sin embargo, ese vacío pronto se ha llenado. El que fuera campeón de España en 2015 y 2016 se dedica a transmitir sus sabidurías a otros deportistas en Pola de Laviana y en El Entrego.

"Pasé por una pequeña depresión tras colgar los guantes, cuanto más arriba llegas crees que este deporte es más fácil, pero es un mundo oscuro", admite el boxeador, quien mantuvo su licencia activa hasta finales de 2017. "Me pensé mucho si volvía o no, pero en mi categoría es algo complicado", asegura. Pese a todo, el lavianés decidió no volver a los cuadriláteros, al menos como boxeador. Una resolución que considera acertada. "Puedo centrarme en otros aspectos de mi vida, ahora me considero mejor padre", relata el que fuera campeón nacional.

Ese hueco que dejó en su vida la retirada ya ha sido rellenado. De lunes a sábado imparte clases de boxeo tanto en el Gimnasio Bunkai de Laviana como en el Linares de El Entrego. "Tengo dos grupos, de 30 y 15 alumnos, de todas las edades y tanto hombres como mujeres, es un auténtico lujo", considera. De este modo, el lavianés admite que "tengo una rutina que ocupa mi día a día y es algo que me pedía la gente", asegura. En ese aspecto, Punky lo tenía claro, en el momento en el que se retirase, pasaría a entrenar a otros deportistas.

Ahora Punky lo tiene claro. "Estos chavales me han devuelto la ilusión", destaca. El lavianés se centra en preparar entrenamientos dinámicos y divertidos para sus alumnos. "Cuando competía, entrenaba solamente para mí, el hecho de ser monitor supone otro reto", destaca.

"Hace mucha ilusión ver cómo el boxeo sigue en auge en la Cuenca, en el Campeonato de España se juntaron más de mil personas en el polideportivo de Laviana y eso sigue en pie", admite. El lavianés percibe ese hambre también en sus pupilos. "Hay algunos chavales que para dentro de unos meses pueden estar listos para pelear", considera el lavianés. Punky tiene sucesores en la Cuenca del Nalón. Punky puede mantener así viva la llama de su pasión. "Sigo enganchado a ver peleas, pero me lo tomo de otra manera", reconoce.

El lavianés cuenta con unas premisas claras para las clases que imparte en el Bunkai y en el Linares. "En mis clases no se hace daño nadie, intento reducir el contacto directo a lo mínimo, pero siempre quiero que la gente se divierta", asegura. Y es que Punky considera que "el boxeo es una forma de deporte tan válida como otra cualquiera para ponerse en forma, no es necesario ir a correr o ponerse a hacer pesas", apunta.

El que fuera campeón de España anima a la gente a acudir a sus clases. "Que vengan y prueben, que se olviden de todo lo que les han dicho sobre este deporte, aquí, todo el que vino, se quedó", destaca y pone como ejemplo a distintos padres que acudieron para presenciar las clases de sus hijos y a las pocas semanas ellos también eran alumnos del lavianés.

A sus 36 para 37 años, Punky inicia una nueva vida. Los jóvenes boxeadores de la Cuenca del Nalón cuentan con uno de los mejores profesores posibles.

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