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Presidente de la FEMPA

En recuerdo de Miss Hawley

La "notaria" del Himalaya dedicó parte de su existencia a dignificar la vida de las gentes sherpas

Khisor Sharma, Miss Hawley y Juan Rionda. LNE

Ha muerto Miss Hawley, conocida mundialmente como la "notaria" del Everest y de los ochomiles de Nepal. Tenía ya 94 años esta periodista neozelandesa que dedicó la mayor parte de su existencia a luchar por la dignificación de la vida de las gentes sherpas, habitantes de los pueblos y aldeas colgadas sobre las laderas de las cumbres más altas del universo y reconvertidos muchos de ellos en porteadores y guías de montaña de los miles de alpinistas que arriban a Nepal en busca de la gloria. Miss Elizabeth Hawley, por su gran implicación en la vida de los sherpas, fue nombrada "Cónsul Honorario de Nueva Zelanda" en Katmandú, capital de Nepal. Allí, en un pequeño chalé de dos plantas, escondido entre la maraña de intrincadas calles del centro de la ciudad, tenía su oficina en la planta baja, rodeada de ordenadores, y con sus ayudantes nepalíes controlaba todo lo que se movía por las montañas del Himalaya. Nada se le escapaba de cuanto acontecía en los campos base o de altura en donde radicaban las expediciones, comerciales o no, de todo el mundo. A través de los oficiales de enlace de las mismas o de guías de altura que la informaban puntualmente, Miss Hawley conocía de primera mano los movimientos de los alpinistas, los que hacían cumbre y los que no.

Este control exhaustivo, realizado por altruismo y con la finalidad de controlar el trato y la seguridad de los sherpas, convirtió a la señora Hawley en controladora total o "notaria" de, sobre todo, quienes alcanzaban cumbre en cada ochomil, con especial relevancia en el techo del mundo, el Everest (8.848 m.). Así anotó sucesivamente a los héroes de los diferentes ochomiles y descubrió también a multitud de embusteros que pregonaban sus falsos triunfos. La mayor parte de los alpinistas se ufanaban de hablar con esta señora y pedirle una especie de certificado de cumbre; ella les hacía un verdadero interrogatorio y, con la información paralela de que disponía, conocía bien quién mentía y quién no. De esta manera se forjó un reconocimiento y consideración mundiales, hasta el punto de que su testimonio era irrefutable.

Conocí a Miss Hawley en 2010, con ocasión de un viaje a Nepal, acompañando a la ochomilista ovetense Eva Zarzuelo, que pretendía ascender y ascendió al Lhotse (8.516 m.), montaña pegada al Everest y cuyo campo base está en el glaciar del Khumbu (5.400 m.). Gracias a la intervención del guía nepalí Khisor Sharma, conocido en Asturias por sus charlas en la Semana de Montaña de Oviedo, Miss Hawley nos recibió atentamente en su mansión, sin dejar su permanente seriedad en su seco rostro. Nos enseñó su departamento y explicó su labor fiscalizadora de todos quienes pretenden ser vencedores de los ochomiles, siendo unos sinceros y otros no tanto, entre los que, para asombro nuestro, aparecieron referentes asturianos. Así era la mundialmente conocida Miss Elizabeth Hawley y así abandonó este mundo, dejando tras de sí una enorme labor humanitaria con el pueblo sherpa sin dejar de ser el azote y pesadilla de quienes, engañándose a sí mismos, quieren engañar a los demás. Descanse en paz.

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