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El penalti más educativo

Saúl Allende, de 11 años, falla una pena máxima a propósito durante el duelo entre el Gijón Industrial y la Escuela de Fútbol de Viesques porque "había sido una falta fuera del área"

El equipo alevín A de la Escuela de Fútbol de Viesques-Jesús Uribe, el día de su presentación. EF VIESQUES-J. URIBE

Se disputaba la primera parte entre el Gijón Industrial y la Escuela de Fútbol de Viesques-Jesús Uribe (jornada 17), de tercera categoría alevín. El marcador reflejaba un 0-2 favorable para los visitantes en su visita a Santa Cruz. Entonces llegó una jugada peculiar. Una falta, a unos dos metros del área, acabó sorprendentemente con el balón en el punto de penalti.

Todos los presentes se quedaron atónitos cuando la colegiada Sara Ovies indicó penalti. Momentos de dudas y de observaciones, todas en la misma dirección a pesar del beneficio que le correspondía al equipo que entrena Xende Díaz. "Era una jugada muy clara", asegura. El técnico, en un primer momento, manda a Saúl Allende, de 11 años, coger el balón ya que es el encargado habitual de lanzar las faltas. A partir de ahí, tras varios minutos en los que buscaron la corrección por parte de Ovies García, ésta no llegó. Y se tuvo que lanzar el penalti.

En ese momento lució la deportividad expuesta en esta ocasión por la Escuela de Fútbol de Viesques, que tuvo en los pies de Saúl Allende a su gran protagonista. "Entre todos decidimos que el penalti había que lanzarlo fuera, fue una acción muy extraña para mí, vi bien que se tirase fuera porque había que ser deportivo", asegura el joven gijonés de 11 años. Jamás había vivido en primera persona un hecho como el ocurrido, pero volvería a repetirlo. Independientemente de lo que dictase el marcador en ese momento. Ganasen, empatasen o perdiesen. La idea sería la misma: lanzar el penalti fuera a propósito.

"Nuestro jugador Mateo estaba en el banquillo y dio la idea de que lo tirase fuera. La rabia es que se podía rectificar esta acción, es la pena", señala el entrenador de la Escuela de Fútbol de Viesques, que además añade que "aunque hubiésemos ido 0-0, no te merece la pena meter ese penalti porque era muy escandaloso, estaba siendo un partido muy deportivo". Y así fue. El penalti acabó fuera. A propósito. En una lección de gran deportividad y que fue agradecida a su vez por el conjunto fabril. "No queríamos dejar a nadie en evidencia, todos aplaudieron cuando vieron como acabó la acción", comenta el técnico.

Un gesto que no suele ser habitual, pero que no ha caído en saco roto en una lección para los más pequeños que no se traslada habitualmente a las primeras categorías del fútbol profesional. "Creo que deberían de hacer lo mismo si sucede en un partido del Real Madrid o del Barcelona, porque sería un gran ejemplo para nosotros", confiesa el joven gijonés Saúl Allende.

Líder invicto

El encuentro concluyó con un resultado de 1-9 en favor de la Escuela de Fútbol de Viesques, que le mantuvo una jornada más como líder y como invicto. No en vano, el conjunto que entrena Xende Díaz ha sumado dieciocho victorias en otros tantos encuentros, con unos dígitos que asustan siendo uno de los equipos más goleadores de la región con 187 goles en su casillero particular.

"Estamos jugando muy bien, somos un gran grupo de amigos y eso es lo primordial", asegura Saúl Allende. El líder, que marcha directo hacia el ascenso de categoría, no solo está destacando por su gran temporada a nivel resultadista, sino que en Santa Cruz, en la jornada 17, ofreció una imagen difícil de olvidar y que abunda poco en el mundo del fútbol a todos los niveles. La deportividad se impuso al ímpetu por lograr un gol, un penalti lanzado fuera que tiene mayor validez que marcarlo. Valores del deporte. Valores para la vida.

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