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Vicente Montes

Un político íntegro

Un referente para quienes lo conocimos por su capacidad, inteligencia, bonhomía y prudencia

La política es, en estos tiempos, un oficio en horas bajas. Y lo es porque han abundado quienes han acudido a ella con objetivos diferentes que el único que debe impulsarla: el servicio. José Aurelio Álvarez se apartó de la vida pública precisamente porque comprendió que existían muchas veces otras razones veladas, que no obedecían a la lógica, que movían los hilos en la tramoya. Y también porque era consciente de que debía desarrollar su carrera profesional. Su capacidad, inteligencia, bonhomía, prudencia e integridad le convirtieron en un referente para quienes le conocimos. No alcanzo a imaginar el dolor de su familia, a la que amaba por encima de todo, porque su marcha inesperada ha consternado a todos. La política asturiana perdió en su día a un hombre brillante que la habría hecho mucho mejor. Ahora, dejando la huella de su honestidad, bondad y cariño, se va un vecino servicial, un amigo, un hijo, un esposo, un padre.

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