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José A. Ordóñez

La plazuela

José A. Ordóñez

Con dos de sidra

La sidra de Nava recupera esplendor tras haber ganado los dos principales concursos de calidad de este verano. Roza se impuso en el festival local de julio y Orizón hizo lo propio en la reciente fiesta gijonesa. Estos galardones refuerzan un orgullo sidrero que debería servir de acicate para que nuestros pequeños y medianos llagares, herederos de una tradición centenaria, aspiren ahora a la excelencia y se abran al mundo. Disponemos de un producto maravilloso, de primerísima calidad, que ha generado en torno a sí una cultura propia, única y con un potencial turístico enorme, lo mismo en Villaviciosa que en Nava o en Sariego. El problema es que no está siendo aprovechado. Hay alguna actividad esporádica que suele cosechar rotundos éxitos, pero, como en tantas cosas, se echa en falta un planteamiento global y mucho más ambicioso. Nuestras manzanas podrían dar jugo para mucho más que sidra. Lástima que falte quien las maye.

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