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Los últimos druidas

J. B. A., maître à penser

Vino Juan Benito Argüelles varias veces por Teverga y por los Valles del Trubia. Unas veces con Manolo Lombardero y Ángel González, otra vez con Joaquín Manzanares y en otra ocasión conmigo. A Lombardero lo habían elegido "Tevergano del año" en la vaqueirada de Marabio y llegó al lugar con medio centenar de invitados entre otros: Orlando Pelayo, Paco Ignacio Taibo, Silverio Cañada, este cronista, César G. Arias, alcalde del concejo... El Nubeiru deshizo la romería y todos nos trasladamos al Chalet de D. Santiago. Bella jornada de amistad, tertulia y convivencia. Juan fue, desde finales de los sesenta, mi "maître à penser". Mi maestro. Él me llevó de "tribuno" y junto a Manolo Avello y otras y otros compañeros, del piso de la calle Independencia, salieron bellas iniciativas que fueron cuajando con el tiempo. Siempre tendré a mano sus pensamientos de la Rive Gauche del 68 de que la imaginación y la utopía son la esencia del hombre. He perdido a un humanista. He perdido a un amigo.

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