La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El termómetro

Los comerciantes

Hace nada me volvieron a hablar otra vez de negocios o tratos que se van al carajo por la proverbial reticencia autóctona asturiana. La de dos que están negociando y todo parece ir bien hasta que uno de ellos, llegado a un punto, decide echarse atrás porque, aunque va a ganar con el negocio, se teme que el que tiene enfrente va a ganar más. Da igual que el volumen del otro sea distinto, que las circunstancias del otro sean otras. Quizá gane más porque tiene que ganar más, pero da igual. Lo importante es que él va a ganar más y tú menos, y prefieres no ganar nada a que el otro gane más que tú. Esa es una forma de estupidez como otra cualquiera. Pero mucha gente lo verá como pura justicia distributiva. Los asturianos nunca nos hemos caracterizado como buenos negociantes. No sé si viene de siempre o si es resultado de las grandes empresas-teta públicas de las que hemos bebido tanto tiempo. Hay excepciones, lógicamente, pero son eso, excepciones.

Compartir el artículo

stats