De alguna manera, y más antes que ahora, para los que peinamos canas, las fiestas de San Bartolo marcaban un punto de inflexión en el verano naveto, y los días, a partir de ahí, comenzaban a deslizarse suavemente hacia la entrada del otoño. Tiempo de verano que, por supuesto, se iniciaba por San Juan, tantas veces pasado por agua, y se confirmaba plenamente con el Festival de la Sidra. Y tiempo de otoño en cuyo cogollo estaba, por supuesto, la feria de octubre.
Pero, al fin y al cabo, estas son percepciones del que suscribe. De modo que vamos, pues, a cosas más concretas. Agosto nos trajo el fallecimiento de Aurelio Ciñera Roces, y faltó también Emilia Fernández Martínez, (89), natural de Llameu (Priandi) que expiró en Gijón. Asimismo, nos dejó Juan Luis Lorenzo López, "Lorenzo", (67), que vivía en Llames Bajo.
A primeros de septiembre era Elvira Criado González, (95), viuda de Cándido de la Vega, y vecina que fue del Caneyu, la que nos dejaba, y luego faltaría Cándido Ramón Cueto Canteli, "Calo", (72), vecino de Priandi.
Por último, el día 13, fallecía en el HUCA, a los 82 años, Benigno Barrios Díaz. Que todos, ellas y ellos, descansen en paz.
Benigno Barrios Díaz, hijo del ferroviario Benigno Barrios Llamedo, y compañero del que suscribe, primero en Económicos y luego en Feve, era una persona muy conocida en la villa, pues su presencia era constante en el devenir diario, y era habitual verlo, en la terraza de cualquier establecimiento, casi siempre sentado con las piernas cruzadas, departiendo tranquilamente con otros parroquianos, o bien, los sábados, en la plaza, negociando la adquisición de unas pilas o un reloj. Por todo ello, en la villa se va a echar en falta su figura. Por otra parte, su vinculación con las tierras de Pruneda queda patente en las líneas de estos versos, de autor anónimo, que dicen:
Tres cosas hay en Asturias / que son de fama mundial; / la fabada Campanal, / nuestra fiesta del Pinín / y el valor reconocido de / Benigno el del Rebollín.
También se mostraba Benigno orgulloso de su profesión y, llegados a este punto, parece oportuno recordar que, de los ferroviarios (adscritos a Movimiento) que eran habituales en la estación de Nava, cuando empecé a trabajar en Económicos, allá por mayo de 1964, faltan ya: Sabino Montes Rodríguez, Fernando y José Luis González González, Julio Redondo Maujo, Benjamín Barrios Llamedo, Eduardo Torga Fernández y Ramón García Sánchez. Ahora, hay que añadir a Benigno a la lista.
Resultando que, como testigos de aquella época, y aguantando el tipo, quedamos cuatro: Audaz Corte Faya, 91 años desde julio, y una memoria prodigiosa; Luis Álvarez González, siempre impecable; Obdulio Álvarez González, ocupado en su huerta de Vegadali, y el que suscribe.
Cosas del tiempo, que, inmisericorde, no cesa de fluir...
