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Los últimos druidas

Se pierden las ferias de ganado

Y todo lo demás. Como no se tomen medidas drásticas y se ponga en marcha un verdadero plan para el campo asturiano, perderemos hasta el aire que respiramos. Una y mil veces hemos abordado este asunto tan trascendental: las raíces y costumbres, la fijación de la población rural y el factor económico para sobrevivir, preparar horizontes más luminosos y una aportación a los miles de seres que dependen de los servicios que aportan ganaderos y agricultores. Con los años la diáspora fue un río navegable que se llevó a cientos de personas buscando aleros donde construir un nuevo nido. Por estos valles se cuentan con facilidad los que viven del ganado y las serias dificultades para llegar a fin de mes. Por perder, desaparecen las ferias y mercados tan necesarios por motivos distintos: compra-venta de animales, relaciones humanas y nuevas vías de comercialización. Bien por los vecinos de La Ponte en Grado en el deseo de conservar las tradiciones de manos apretadas y aquello de: "Ta vendía".

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