Tal vez no seamos conscientes al encontrarnos en la calle con cada rostro de que casi siempre nos cruzamos con un personaje. Al profundizar en su conocimiento descubrimos su enormidad, su peso en la historia y la importancia de su vida, no narrada en libros de héroes. El paso decidido de Antonio, a pesar de los setenta y siete años que le acompañan, es una de sus innumerables evidencias de vitalismo. Sigue manteniendo su Cuba natal en esta Pola que quiere. Miró el mapamundi de la pared y colocó el dedo sobre Angola, narrando cómo fue allí soldado en la operación Carlota, apoyo bélico de Cuba a Agostinho Neto frente a los intereses sudafricanos y de otros. Relató la espeluznante capacidad del BM21 soviético para destruir zonas extensas con su sistema múltiple de lanzamiento de cohetes. Habló de la dureza de una guerra y noté su orgullo por colaborar en la reconstrucción de Angola tras las batallas. Puro habano, debilidad por el ron y sobre todo, ansiedad por el efectivo desbloqueo cubano.
