Para Jeff Olson, la clave del éxito está en las pequeñas decisiones que son fáciles de tomar y de llevar a cabo pero que, de igual manera, se pueden dejar de hacer muy fácilmente sin ninguna consecuencia negativa, al menos a corto plazo. Por ejemplo, si hoy decido merendar un donut y una bomba de crema en vez de un plátano y una mandarina, no pasa nada. No pasa nada hoy, es cierto, pero si sumo a lo largo del tiempo otras diez mil decisiones similares, sí tendrán consecuencias.
Ese es uno de los grandes problemas que tenemos. Que la mayoría de lo que nos hace daño no nos lo hace al instante. Pienso en el problema de la contaminación, del que se habla mucho por aquí últimamente. En este caso, además, está otro gran obstáculo. Que lo que yo haga al respecto sirve de poco si no lo hacen también los demás. Para qué voy a ser limpio si estoy rodeado de guarros.
Por ejemplo, el transporte público contamina muchísimo menos pero es incómodo. Y el humo de los coches no te mata. Al menos no de momento. Y qué más da que yo guarde el coche si los demás lo siguen usando.
Es como cuando hay una plaza llena de mierda y desechos. Tirar un papel más no tiene importancia. Si la plaza está impoluta, antes de tirarlo te lo vas a pensar dos veces. Y así con todo.
