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La Serliana

La tenacidad de la orografía y el Camino de Santiago (I)

Una tesis sobre la relevancia de la ruta interior como la principal y de mayor tránsito para los peregrinos jacobeos

El tramo sobre el que haré hincapié está inmerso en un paisaje condicionado por la conocida Depresión Mesoterciaria Central de Asturias. Se trata de una franja o "fosa" alargada que, con dirección Oeste-Este, va desde Grado, aproximadamente, hasta la zona oriental de Onís. Su desarrollo es de unos 80 kilómetros y cuenta con una anchura media de unos 5/10 kilómetros.

La depresión, con altitudes del orden de los 200/300 metros sobre el nivel del mar, raramente superiores, está drenada longitudinalmente por los ríos Nora, Noreña, Piloña y Güeña, junto a sus afluentes, y por el Sella de norte a sur.

También, importante en el devenir de este comentario, es reseñable que los afluentes, fundamentalmente los que van por la izquierda, son pocos, sin mucha carga y fáciles de vadear sin necesidad de ingentes obras infraestructurales.

En definitiva, es un espacio/corredor natural, al sur de la cordillera prelitoral, que une las alas, oriental y occidental, con un perfil suave, transitable y preñado de registros de la historia de las comunicaciones.

Un elemento nada baladí en nuestro planteamiento justificativo es el que se deriva del análisis de la estructura agraria asturiana. El conocimiento de la naturaleza de los suelos resulta determinante para explicar la colonización y explotación antrópica de los mismos, máxime si por regla general estamos ante una orografía básicamente de montaña.

Pues bien, las bajas vertientes y las terrazas de los ríos Nora y Piloña, junto a las del Narcea en Grado, son las tierras agrícolas por excelencia de Asturias. Desde tiempos inmemoriales, aquí tenemos documentados todos los cultivos de huerta, algunos exclusivos, propios de nuestra geografía. Estas condiciones, unidas a la posibilidad de unas buenas comunicaciones, fueron fijando históricamente la población, distinguiéndose a lo largo de los siglos el siguiente apunte revelador: la población que se concentra en este espacio representa un 30%, aproximadamente, del total de Asturias; mientras que la superficie de la Depresión Mesoterciaria Central de Asturias supone el 4% del cómputo general.

En resumen, este espacio central, suave, benigno, habitable, intermedio y nexo entre las alas, apto para los cultivos, receptor de los principales núcleos urbanos, fue y es el principal espacio de tránsito de nuestra región. Esta afirmación contundente estuvo vigente durante miles de años, hasta que la técnica, la tecnología, la ingeniería y la política posibilitaron nuevos trazados por medio de grandes desmontes, puentes, viaductos o túneles.

Por tanto, en principio, si pretendemos ser coherentes con los datos que nos suministra el paisaje y si el objetivo es no deformar nuestra historia, creemos y así lo iremos demostrando que la principal, no la única, ruta transversal de tránsito pasó a lo largo de la historia, inexcusablemente, por la Depresión Mesoterciaria Central de Asturias. Ya que, en regiones de orografía difícil, las conexiones y, por ende, las caminerías estuvieron tenazmente supeditadas a la orografía, que limita el tránsito a los corredores naturales.

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