Un tema olvidado, que ha dejado de ser noticia, pero que sigue siendo un servicio con numerosas deficiencias. Surge del problema que tenían en la Pola. Sin ordenanza que lo regulase, los polesos dejaban sus bolsas en la calle, con el problema de higiene que eso supone. Se supone que se quería paliar esta deficiencia y abaratar costes, pero la realidad es otra. Los escasos y pequeños contenedores provocan que la basura se vea fuera de ellos. No se promueve el reciclaje, ya que siguen distantes unos contenedores de otros. La accesibilidad es mala: se colocaron improvisadamente y presentan escalones. Tenemos problemas de ruidos (denunciados por el propio alcalde) y lo peor, pagamos más por ello, ya que nos han subido la cuota. En Lugones, las propias comunidades de vecinos gestionaban los cubos de basura. El mejor cambio hubiese sido copiar a Oviedo y proporcionar una recogida selectiva a la puerta de casa. Eso es progresar.
