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Vicente Montes

Solidaridad

El orgullo de que en Siero se premie y reconozca a los que buscan la justicia y la paz

Alguna vez dije estar orgulloso de ser sierense y tendré que repetirlo. Así me sentí el jueves asistiendo a la entrega de la decimoquinta edición del premio Derechos Humanos del Ayuntamiento de Siero. Que haya un Consejo que se preocupe de potenciar la solidaridad e incluya en su hacer la preocupación por quienes sufren, que se reconozca públicamente y se premie la desinteresada tarea de quienes dedican su vida a la búsqueda de la justicia y la paz, eso es otro lenguaje distinto al habitual estos días. Y aunque sea el Ayuntamiento el promotor, mérito tiene el Consejo cuyos miembros dedican tiempo, sin dietas ni liberaciones, a tareas altruistas. El jueves oyendo al padre Miguel Concha Malo, Director del Centro de Derechos Humanos "Fray Francisco de Vitoria" de México, se me hizo el alma pequeña y sentí el miedo, la injusticia, la violencia y la muerte que afecta a tantas personas, llegando en las ondas que el micrófono empujó hasta mis oídos. Y sentí junto a la angustia e indignación orgullo de que en Siero se premien y reconozcan estas indispensables tareas.

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