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Cronista de Noreña

Adiós

La difícil despedida a una referencia de la música asturiana

El siempre apacible mediodía noreñés nos trajo el miércoles una ingrata sorpresa. El músico José María García Norniella, Chema Fombona para todos sus vecinos, compañeros músicos y amigos, había sufrido un infarto mientras impartía sus clases de percusión en el Conservatorio. No hubo más tiempo que para certificar su fallecimiento ante sus alumnos y compañeros.

Chema, perteneciente a dos queridas familias de Colloto por parte de madre y de Noreña por parte de padre, fue persona querida y siempre relacionado con la música. Desde muy crío, cuando aún no alcanzaba a presionar el pie en el pedal del bombo de la batería del grupo de su padre, allí se ponía a desarrollar lo que venía escuchando con especial atención e intuición en los ensayos. Era la atracción de cada concierto y se lo decíamos a su progenitor: Tino buen fichaje tienes en ciernes. Y su padre siempre contestaba lo mismo: ¡primero que estudie..! Y vaya si estudió. En cuanto se las arregló, se trasladó a Alemania y allí hizo su carrera musical, siempre con la percusión, volviendo a su querida Asturias y participando con diferentes grupos dentro de su amplio abanico de compromisos. Lo mismo lo veíamos con la Banda de Música de Noreña; con el grupo "Los Berrones"; con la Banda de Gaitas de Música Tradicional; preparando alguna grabación para testimonio de lo que fue su padre; un ensayo para acompañar a Danny Daniel como hizo el pasado Día de Asturias en septiembre o el viaje ya organizado para la próxima para acompañar a la Banda de Gaitas de Noreña a una importante actuación en la televisión gallega.

A sus padres, Teresa y Tino, tras el suceso, se les amontonaban los recuerdos del benjamín de la familia y entre los lógicos lamentos, los muchos proyectos que asolaban el quehacer diario en su mundo, por y para la música, carrera truncada por el dichoso infarto cuando hacía veinticuatro horas que había celebrado el 46.º aniversario de su nacimiento. A los que tratamos desde niño a este personaje, referencia en la música asturiana, siempre cargado de buen humor, de retranca reconocida y voluntarioso para ayudar allí donde fuese necesaria su presencia, se nos hace muy difícil pensar que no volveremos encontrarnos con su figura estilizada en cualquier concierto terrenal que era su hábitat habitual. A su esposa Ana Fe y a su hija Marina, al igual que a sus padres y hermanos, les trasladamos nuestro pesar por la pérdida de tan querida persona. Descanse en paz.

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