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La serliana

La tenacidad de la orografía y el Camino de Santiago (y III)

La mentalidad de los peregrinos y su interés por observar las reliquias también apuntan a la ruta interior

El colofón a esta serie de capítulos está relacionado con la mentalidad, las creencias y los anhelos de los caminantes. El reducido número de peregrinos que se aventuraron por nuestra geografía, ya que la mayoría utilizaba, una vez asegurada, la antigua vía romana XXXIV que conectaba Burdeos (Burdigala) con Astorga (Asturica Augusta), buscaban algo distinto a la gastronomía y el paisaje: caminaban en pos de la salvación.

Ese tránsito necesitó escalas, repostajes para el ánimo, ejemplos a imitar, y ello lo proporcionaron las reliquias y sus leyendas milagrosas.

Para explicar el valor, la proliferación y la trascendencia de las reliquias, tenemos que partir del concepto o premisa totum ex parte, es decir, la esencia del ser se mantiene intacta en todos y en cada uno de trozos en que se divida. Indicativo de lo expresado es el texto de San Juan de Crisóstomo (Hom. In martyres II): "?la gracia del Espíritu Santo que está en los huesos de los santos y vive dentro de sus almas pasa también a los demás que con fe se acercan a ellos y redunda del alma a sus cuerpos, de los cuerpos a los vestidos, de los vestidos al calzado, del calzado aún a la sombra".

Dicho lo anterior, los conjuntos de reliquias más importantes, más espectaculares o más representativos, en este tránsito norteño Este-Oeste, están en Liébana y Oviedo. Así, los restos de Santo Toribio y el fragmento de la Cruz del Señor (Lignum Crucis) unidos a El Salvador y al thesaurus Sancti Salvatoris, al margen de los tópicos, mitos y sentencias al uso, representaron un imán, una necesidad espiritual y salvífica en el intento de ganar la gloria y la bienaventuranza eterna.

Por tanto, si esa necesidad renovadora o ese peregrinar hacia la contemplación de las reliquias con carácter milagroso (Liébana, Oviedo, Santiago) necesitaba un camino trasmontano cómodo, inequívocamente exploró el corredor natural de la Depresión Mesoterciaria Central de Asturias (por el medio queda la incomprensible marginación de Covadonga, circunstancia que merecería varios capítulos).

Pues bien, contra toda lógica histórica se decidió que desde el oriente de Asturias el único camino a Santiago pasase por la costa.

¿Por qué se tomó tal decisión? Entiendo que el desconocimiento nada tiene que ver con la "apuesta", más bien se aprecia una disposición a convertir El Camino en una senda turística e, incluso, siendo cándido, se intuye un intento de no desconectar Gijón de este entramado caminero. Mala Rupis, probablemente Gijón en la crónica o testimonio medieval de Osberno de Baldr, poco o escasamente tuvo que ver con la Ruta Jacobea (E-O) hasta época Moderna.

El censo stricto sensu de peregrinos que se registraron en Santiago durante 2014 y que utilizaron Asturias como espacio de tránsito asciende a 23.346; de ellos, 15.071 dicen haber llegado por la Ruta Norte y 8.275 por el Camino Primitivo, pasando por Oviedo. En fin, aunque resulte sorprendente e inesperado, la fuerza de la historia un "pelín" retocada germinó en la creencia colectiva.

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