El desove en la cuenca del Narcea-Nalón, en la temporada 2015-16, va a ser toda una incógnita. Con unos ríos acusando un notable estiaje, las condiciones para la freza distaron bastante de ser las más adecuadas, limitando tiempos y espacios de manera radical. Los peces estaban esperando unas aguas que nunca llegaron y tan sólo el repunte de caudal en noviembre, producto de una leve y fugaz riada, posibilitó un remonte final insuficiente. Revisando tradicionales frezaderos naturales, en los que otros años se contaban por decenas los peces en faena, este año escasas parejas trabajaban por perpetuar la especie. Me sorprendió ver fregones en lugares en los que nunca los había visto, tal vez por la falta de agua, situados más abajo de otros más tradicionales. Confiemos en que las malas condiciones no pongan en peligro generaciones venideras, ya que no estamos en situación de permitirnos lujos de este tipo.