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La serliana

"Memorial" pozu Sotón

La semana pasada, acompañado de unos amigos mineros, visité el mal denominado "Memorial" del pozu Sotón (la RAE desaconseja el empleo de este sustantivo, copia del inglés, para referirse a un monumento/documento conmemorativo). La idea, la escenografía elegida y el resultado nos pareció excelente; no obstante, la visita detallada y la lectura atenta de las placas generaron entre nosotros cierta controversia y un debate interesante.

La relación nominal de fallecidos comienza en 1967 e incluye, exclusivamente, a los finados en la minería asturiana pertenecientes a Hunosa. A partir de esta premisa se compone un documento que nace sesgado, con un significado testimonial importante pero con un valor histórico limitado, como si la historia no quisiera recordar el pasado: la minería no comienza en 1967 y los muertos en la minería asturiana no están todos reflejados y revelados en esta evocación.

Se puede aducir que los archivos tienen limitaciones y que se trata de un documento/monumento que recoge de manera patente a los muertos en las instalaciones de la minería pública, con lo que, por ejemplo, los que explotaron antracita, los de La Camocha o Solvay, enrevesadamente pueden ser recogidos, una fórmula entendible pero no compartida.

Si lo anterior puede digerirse, difícilmente se entiende que los mineros centroeuropeos, muertos en las instalaciones de Hunosa, no figuren en la relación por el mero hecho de pertenecer a una subcontrata. El tipo de contrato administrativo no puede ni debe desvirtuar o alterar el monumento/documento generado, a no ser que se quiera una mera escultura expuesta en el espacio sin la trascendencia del documento.

En fin, la justicia histórica demanda, al inicio del recorrido, una placa que recuerde a los muertos -anteriores a 1967- en los tajos de los que Hunosa es deudora; y, por supuesto, los nombres individualizados y en el orden que les corresponda de todos los mineros que dejaron su vida en nuestra tierra, al margen del eufemismo de pertenecer o no a Hunosa.

Los datos se pueden confeccionar al gusto, pero la memoria, no.

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