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La serliana

Desdentados

Hace año y medio, Valérie Trierweiler, expareja de François Hollande, publicaba que el "primer" socialista francés calificaba en privado a los pobres como "desdentados". De ser cierta esta intimidad, no existe un número considerable de calificativos para expresar lo que estoy pensando. El desprecio manifestado por Hollande es el resultado de la distancia existente entre la realidad cotidiana y la realidad de ciertos políticos, amén de representar o manifestar un síntoma del proceso de desideologización que algunos partidos de izquierda están sufriendo.

Pues bien, ese camino hacia la conversión del hombre en otro herbívoro o insectívoro terrestre tiene algunas explicaciones de orden higiénico/cultural o, incluso, genético; no obstante, la justificación más representativa es la económica.

La situación es la siguiente: nuestra Seguridad Social cubre, básicamente, la extracción dental. De hecho, la comunidad afectada utiliza en su argot el término de "sacamuelas" para referirse a los odontólogos que prestan servicio en la sanidad pública. Por tanto, cualquier otra operación buco-dental tiene unos costes significativos e importantes y requiere de posibilidades económicas que no están al alcance de todos.

La crisis económica, que no acaba e incluso repunta, aboca a muchas personas a tener que convivir con esa pérdida de dignidad personal que es transitar sin dientes. Es otro elemento más que añadir al colapso general de los sistemas de mantenimiento auspiciados por la crisis económica.

En fin, como no pongamos remedio a esta situación económica, tal vez asistamos a una evolución del hombre hacia el "orden de los desdentados" y Steven Spielberg podrá rodar la lucha entre hombres y armadillos u osos hormigueros por la supremacía en un nicho ecológico determinado.

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