No me apetece mucho pero, tras los diversos comentarios con vecinos, me encuentro obligado a decir algo sobre el "dichoso debate de investidura " del miércoles. Todos me comunicaron su hartazgo y su visión negativa sobre el interés de los políticos por los ciudadanos. Ciertamente la Babel que se estableció no da mucho ánimo. Por un lado, el continuo vituperio al partido ganador insulta la inteligencia de los más de siete millones de personas que los votaron y parece una falta de respeto hacia ellos.
Por otro lado, las bofetadas políticas de quienes entienden la dialéctica parlamentaria como una plataforma de reivindicación con técnica asamblearia también duelen a quienes aspiran a la moderación y la sobriedad. Tampoco satisface la posición de negación de la mayor que hace el PP de los acuerdos del pacto entre candidato y Rivera. Casi nadie cree que la incubación de dicho pacto tuviese como interés el nacional, que Albert tanto cacarea . Total que, al menos en la Pola, hay un empacho, que puede seguir y fastidiarnos la merienda del Carmín, porque así se pierde totalmente el apetito.
