No seré yo quien diserte sobre las bondades de los huevos caseros y del pitu caleya. Cualquiera sabe que los huevos caseros tienen unas características de coloración de yema, textura y sabor distintas a los otros. Si además los huevos están fecundados se les añade un plus de frescura; puesto que durante casi un mes son materia viva, mientras que los no fecundados han dejado de serlo desde la puesta. Y la carne del pitu de caleya, ¿qué? No tiene nada que ver con la de pollo. Que haya en nuestra plaza de la Pola alguien que pretenda meter gato por liebre, eso sí se debe denunciar, pero con nombres y apellidos, no generalizando la denuncia. Es una pena que los vecinos no puedan beneficiarse de las bondades de estos producto. Conviene pues que se busque una solución y se evite una posible guerra absurda. Guerras absurdas ha habido en la Historia. Como prueba la que se produjo entre EEUU e Inglaterra por un gochu. Se conoce como "Guerra del cerdo" la cosa empezó porque un campesino estadounidonse mató un cerdo propiedad de un inglés. No iniciemos la "Guerra de los Güevos"