¡Virgen de Covadonga! ¡Virgen de la Cueva! ¡Virgen de la Cabeza! ¡Virgen de Lugás! ¡Virgen del Carmen! ¡Virgen de la Guía! ¡Virgen del Acebo! ¡Virgen del Otero! ¡Virgen Blanca! ¡Virgen de la Luz! ¡Virgen del Carbayu! ¡Virgen de Begoña! ¡Virgen de la Esperanza!... ¡Virgen Santa! Una invocación para cada pálpito y muchos minutos de emoción. A los aficionados del Sporting que acudieron a ver el partido contra el Atlético de Madrid al estadio de El Molinón -escenario de tantas afrentas de los matagigantes- y a los que seguimos el partido por televisión nos costará recuperarnos. No creo que tanto fervor mariano fuera suficiente; también hace falta coraje, voluntad y suerte. Porque mientras los entrenadores se empeñan en jugar como quieren, los jugadores juegan como saben y casi siempre hacen lo que pueden.

Miro al cielo y sospecho lo que nos hubiera dicho Juanje: ¡Aparecióseos la Virgen!

Por supuesto, el cielo era azul.