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Cronista oficial de Noreña

Glicinia en primavera

Una propuesta para que Noreña declare flor oficial la de la planta leguminosa que luce en los jardines del Ayuntamiento

Muchos son los pueblos que se sienten representados con una flor. Y no solamente pueblos, sino también apellidos, ciudades, sociedades culturales, empresas, etc. Me acuerdo con simpatía de la siempreviva sanrrocuda de Llanes, de la dalia en San Juanón de Nueva, las rosas de la Barceloneta, del romero en la solapa de los curroromeros o de la rosa socialista. Todas representan el sentir de quien las luce en la solapa o en el pelo. Y Noreña no iba a ser menos, contando con la preciosidad de la planta que adorna los jardines del Ayuntamiento y que estos días muestra sus primeros pétalos al sol.

Pues alguien, con gusto por la estética, ha sentido la necesidad de plasmar en el sentimiento noreñés el olor y el color malva de la glicina o glicinia, como también se denomina a esta planta leguminosa de hojas caducas, que es planta trepadora y enredadera que cubre las pérgolas del citado parque desde hace más de sesenta años. Y prueba de ello son los vetustos y retorcidos troncos de donde salen las ramas para cubrir los metros de ambas pérgolas, cuatro previstas en un principio y que finalmente -con gran acierto- quedaron en las dos que hay actualmente a ambos lados de la fachada principal, para dar más vistosidad a la misma.

Ambas glicinias florecen lógicamente en este tiempo primaveral, una más lenta que la otra, y son pocas las semanas que duran su flores en preciosos racimos. Así, hace unos días un visitante foráneo nos preguntó si era la flor de Noreña, y la verdad, me costó trabajo contestarle que Noreña no tenía flor? pero vaya si la tiene. Quizás sea que no le damos el valor que merecen tan bonitas y placenteras ramas que atraen a las abejas y a otros insectos polinizadores, aunque curiosamente cada vez se ven menos de flor en flor...

Trasladada esta opinión a la alcaldesa, ha visto con sumo agrado la propuesta, al igual que las concejalas de su equipo, que para estas cosas el género femenino tiene más sensibilidad que el masculino -sin generalizar, por supuesto-, así que lo más probable es que dentro de poco tiempo tengamos institucionalizada una flor en la Villa Condal, así como sus colores, porque los oficiales del Ayuntamiento, ¡válgame Dios y la Soledad del Ecce-Homo!, parece que los buscó el enemigo, eligiendo para ello los colores del uniforme del Condal de fútbol, cuando precisamente debería ser al revés.

Mientras tanto, vamos a disfrutar de ella en estas fechas primaverales, cuando está brotando para lucir toda su belleza en muy poco tiempo, como nos dejó escrito nuestro poeta Manuel Rodríguez, "el Pravianu": "Noreña, villa hechicera / reclinada sobre flores /mereces ser la primera / entre los pueblos mejores".

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