Aunque todavía no se haya reconocido a Valdesoto como pueblo ejemplar de Asturias, el título ya se lo ponemos sin dudarlo los que conocemos el trabajo que realizan sus vecinos todos los años para mantener vivas las tradiciones, creencias, costumbres y gastronomía de nuestros antepasados. Ya está a la vuelta de la esquina una nueva cita en esta singular parroquia de Siero, la más participativa del concejo. Valdesoto d'antañu, los días 4 y 5 de junio.
Pepito, el dueño de la Casona de Leceñes, cede su impresionante propiedad para que mayores y niños puedan realizar un viaje en el tiempo hasta principios del pasado siglo XX. En este privilegiado entorno se pueden vivir experiencias únicas, los adultos recordando su infancia, y los niños aprendiendo cómo era la vida habitual en nuestra región hace unos cuantos años. Cuando un grupo de chavales de Valdesoto empezó a organizar estas jornadas, nadie creía en ellos, ya había varios mercados rurales que se celebraban en Asturias, y parecía que iba ser "más de lo mismo". Sin embargo, consiguieron algo más auténtico que lo que había y con todo el pueblo volcado en que todo saliera bien. Cada año la Casona de Leceñes recibe más visitantes, y cada año se van más contentos después de ver y participar en más de una veintena de estampas: la matanza de casa para hacer picadillo, chorizos y morcilles, lavar la ropa como se hacía antiguamente, hilar, catar, esquilar, segar, labrar, hacer madreñes? Juegos infantiles como los de antes, teatrillo con escenas costumbristas. Todo eso y mucho más se puede ver y disfrutar durante estos dos días, combinado con la degustación de una gastronomía cuidada al máximo, que ofrece a los asistentes carne de dos grandes chefs, Pinon y Canor, además de tortos, frixuelos, galletas caseras, pisto con verduras al estilo de Valdesoto y mucho más, siguiendo la receta que las abuelas han ido pasado de generación a generación. Gran labor la de los más de 50 colaboradores que hacen posible esta vuelta al pasado.
