La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El cogollu

Monaguillos

Don Blas siempre chequeaba la honradez de los monaguillos cuando había nuevas incorporaciones. Y todos superaban la prueba. En cambio, en la del vino de las misas había algún tropiezo, me recordaba Eduardo Torga, el de la Cogolla, a cuya memoria recurrí para repasar aquellos tiempos. Blas Martínez Ramos, párroco de Nava desde los años sesenta a hasta la llegada de Eduardo Solís, solía dejar como olvidadas unas monedas en la sacristía, siempre al alcance de los que ayudábamos a misa. El "no robarás" estaba claro para todos. Se llegaba con la lección de casa y en la parroquia se reforzaba la ética de la responsabilidad y los límites. Por allí pasaron, en nuestro tiempo, Javier Covián, José Ramón Vega "Monchu", Carlos Casquero, José María Caso, Luis Gonzaga Alvarez Lada, Luis Montes Alonso, Jorge Iglesias, Eduardo Torga, Álvaro y José Antonio Canto, Raimundo González, José Antonio Díaz Camblor, Toño y Javier Ordóñez "Mino", mi maestro en el arte de tocar las campanas; y muchos más que lamento olvidar. Aquella peripecia de monaguillo dejó huellas en la memoria y sirve hoy de aleccionadora experiencia en este tiempo en que hay demasiados que se lucran con euros ajenos. El deseo de dinero, poder y honores siempre ha existido. Se vende el alma al diablo desde que el mundo es mundo. Pero la responsabilidad no se deriva del cargo que se ocupa, aunque las monedas estén a la vista, sino del individuo. Eso quedó bien claro ya en la sacristía.

Compartir el artículo

stats