Sigue la primavera dando rabotazos, y haciéndonos padecer sus caprichosos cambios meteorológicos, y también continúa, inevitable, la merma de vecinos de nuestro concejo. Así, por ejemplo, el pasado 17 de abril fallecía María Luz Basoredo Fernández, viuda de José Martínez Martínez, de La Veguca, en La Vega de Ceceda. Y el 20 finaba Ángel Mario del Sastre Vega, "El Chiquito", de Villamartín, que recibía sepultura en El Remediu el 21.
Y este apellido, Basoredo, me recuerda, y sirve de pretexto, para citar el elevado número de patronímicos existentes que coinciden con el nombre de ciertos pueblos o lugares de nuestro concejo. Como muestra, y sin ánimo de agotar el asunto, ahí van unos cuantos, a vuela pluma: Basoredo, Piloñeta, Cesa, Verdera, Ovín, Omedo, Nava, Pruneda, Cuenya, Vega, Robledo, Sienra, Villa, Quintana, Pando, Sierra, Cañal, Llamedo, Carbajal, Foncueva, Campanal, Otura, Soto....
Mayo, que puede ser florido y hermoso, pero también desconcertante, como lo está siendo este año, comenzó con la falta, el día 9, de Gabino Díaz García, "Carbayín", avecindado en La Cobertoria, en la parroquia de San José de Tresali. Y en la misma fecha fallecía Alicia Pruneda Faya, de El Collau, en Llames de Riba.
El 11 era Sara Álvarez Redondo la que nos dejaba. Sara, que residía en Oviedo, era viuda de Hugo Piquero Peláez, naveto de 1933, ferroviario desde 1951 y estimado jefe del que suscribe durante muchos años. Sirvan estas breves palabras para recordarlo con afecto, ahora que la tracción vapor, Movimiento, G.V. y P.V., Comercial, Reclamaciones, la estación de ladrillo rojo de la avenida de Santander, en Oviedo, la Compañía de Económicos, e incluso FEVE, no son, ya, más que historia.
El 17 finaba Guzmán Noriega Vega, de El Cabañón (Tresali), "Guzmanín" para las gentes del entorno, pues, hace bastantes años, su padre regentaba el llagar de Sidra Guzmán, en El Cabañón antes citado, y su madre, Ilda, atendía una tiendina ubicada en la parte sur del mismo edificio, a la que se accedía, desde la carretera general, por medio de una estrecha escalera.
Y el 19 fallecía Pilar Santiago Pandiella, "Tau", vecina de la calle La Colegiata. Pilar era viuda de José Puente Blanco, que en Nava era popularmente conocido como "El Ferrerón". Natural de Ponferrada, ejerció su profesión en la villa durante algún tiempo, estando, al parecer, especializado en caballerías, para pasar luego a pertenecer al ilustre gremio de hosteleros, en un establecimiento tan acreditado como Casa Sánchez. De alta y delgada figura, y dotado de un peculiar sentido del humor, "El Ferrerón" fue, sin duda, todo un personaje en la vida local.
Siempre es lamentable la falta de una persona, porque con cada una desaparece, entre otras cosas, una parte de nuestra historia, muchas veces irrecuperable. Que todas las que hoy mencionamos descansen en paz.
