La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Serliana

La angustia cósmica

A las consabidas enfermedades propias de una población envejecida, se une ahora la "angustia cósmica", "el vértigo del infinito".

Esta nueva enfermedad es propia de los que ven demasiados "partes", "telediarios" o "informativos": A primera hora, mientras desayunamos, todavía con legañas, casi todos los canales nos bombardean con las desgracias mundiales que acaecieron en lugares con huso horario distinto al nuestro. A mediodía, todas las cadenas, sin excepción, abren con lo más sangriento dentro de las noticias sanguíneas. Por la noche, cenamos con nuevas masacres y, justo antes de meternos en la cama, tenemos un resumen pormenorizado de las matanzas o inmolaciones del día.

No hay cerebro que resista tamaña colisión.

A renglón seguido, algunos entramos en episodios de angustia, de ansiedad, con la consiguiente ingesta de benzodiacepinas terminadas en "pam": loracepam, diacepam, cloracepam, etc., con el riesgo añadido de la dependencia (adicción). Otros, los más extrovertidos, se decantan por formas psicoterapéuticas de tratamiento, siendo la más usual el psicodrama de chigre. Esta terapia grupal consiste en una representación multitudinaria de los conflictos patológicos de cada paciente, así todos los tertulianos toman conciencia del problema y lo resuelven dentro de esa estrategia terapéutica.

Por favor, en nombre de los afectados, gesten unos "informativos" distintos: la Seguridad Social se beneficiará de esa decisión altruista.

En fin, hasta que eso ocurra, minimicemos los riesgos, no se expongan a caer en la angustia colectiva. Como medidas que mitiguen los efectos, vean menos "partes", transiten hacia un horario europeo para las comidas o domestiquen sus hábitos sexuales y háganlos coincidir con los "telediarios". También, alguna canción de Manu Chao puede ayudar: "Me gusta la mañana, me gustas tú".

Compartir el artículo

stats