Ana Cano, presidenta de la Academia de la Llingua, acaba de mostrar su protesta porque los libros de bachillerato se refieren a la lengua asturiana como un "dialecto" del castellano. Si alguien conocía bien los dialectos era su recordado maestro Alonso Zamora Vicente. La catedrática de la Universidad de Oviedo Ana Cano destacó el magisterio del dialectólogo en las jornadas de conmemoración del centenario del nacimiento de Zamora Vicente (1916-2006) que organizó esta semana en Madrid la Universidad Antonio de Nebrija, cuya fundación preside Manuel Villa Cellino. También se ha celebrado el centenario del esposo de María Josefa Canellada en la Universidad Complutense de Madrid, de la que fue emérito catedrático, y se cerró el jueves con un acto en la Real Academia Española, en la que precedió como secretario a Víctor García de la Concha. Aún está pendiente un congreso en Cáceres, promovido por Antonio Viudas-Camarasa, sobre Zamora Vicente, por cierto, director de la tesis doctoral de Josefina Martínez, con quien mantuvo una gran amistad.

Esta semana he tenido la suerte de conocer al tinerfeño Juan Manuel González Martel, licenciado en la primera promoción de Periodismo de la Universidad de La Laguna y alumno de doctorado en Madrid con "don Alonso". Jubilado ya tras una vida profesional entre la docencia y la Real Academia Española, González Martel viajó a Las Palmas para presentar un libro sobre los desencuentros de Benito Pérez Galdós con la institución en la que ocupó el sillón N. Con cierto parecido a su maestro filólogo, ha compartido su vida profesional entre Alonso Zamora, María Josefa Canellada y la escritora canaria María Rosa Alonso. Contaba Martel que cuando se presentó a su profesor de doctorado en los años setenta y le estrechó la mano, el eminente filólogo lo señaló como "porteño". Al decir que no era argentino, tras la obligada pregunta sobre su procedencia, el canario bromeó: "Usted sabrá de donde soy, que es dialectólogo".