La cuestión sobre la que fabulábamos era la formación de gobierno. Y digo fabular, porque al igual que analistas políticos y tertulianos inventamos o imaginamos todo tipo de tramas o argumentos. Cuando llegó el asunto de "por qué cobran estos diputados", tan en el juicio popular, decíamos que estaban realizando trabajo parlamentario aunque no se formase gobierno, y que era razonable que percibiesen sus retribuciones. Pero en este punto surgió la chispa. Si son trabajadores- que no sé si lo son- estos problemas se solucionaban con un tratamiento similar al de los trabajadores. Según el artículo 76 del "Código Sustantivo del Trabajo", todo contrato de trabajo contempla un periodo de prueba que no puede exceder los dos meses. Pues bien, mi compañero de palique insistía en que el empleador, Estado en este caso, debiera definir periodo de prueba y rescindir contratos si las aptitudes de estos trabajadores no se adecuan a las necesidades. En fin, que, ¡hala, arreando! y a buscar otros que sí puedan realizar el trabajo. Insistía en que esto acabaría con el problema, que además era democrático porque nos igualaba a todos los trabajadores y que esperaba que quienes están contra la "casta" lo propongan. ¡Ingenuo!
