La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José Sánchez y los mártires

Reencuentro con el obispo emérito de Sigüenza, - buen conocedor de polémicas con las beatificaciones

Aún resuenan los ecos de la beatificación de los mártires de Nembra en la Catedral de Oviedo. Un sacerdote, un estudiante y dos mineros suben a los alteres de la Iglesia por su martirio en 1936. "Para no repetir la historia", se escuchó como una repetida letanía. Los beatos asturianos son ya 33.

"El problema ahora es que se politiza hasta lo más sagrado. No son héroes militares, ninguno estaba en una batalla con armas". La reflexión corresponde al obispo emérito de Sigüenza, José Sánchez González, que pasó esta semana por Las Palmas. José Sánchez era auxiliar de Oviedo en 1990 y acompañaba a Gabino Díaz Merchán en Roma a la beatificación de los mártires de Turón, ocho hermanos de La Salle fusilados en 1934. También este proceso, de los primeros tras la guerra, resultó usado "contra", por derecha e izquierda, y provocó roces diplomáticos en Roma.

Con 82 años, especialmente lúcido y con la libertad de los eméritos, José Sánchez bromea sobre los obispos que se niegan a jubilarse, "dígales que no se resistan", cuenta que dijo al Nuncio. Conserva grato recuerdo de su tiempo en Asturias y muchos y buenos amigos que valoran su huella. Vive en su pueblo salmantino como un cura rural, pero permanece unido a Gijón, donde residen su hermano, su cuñada langreana y dos sobrinos. Y sigue en contacto con Nava por su amigo Alberto Torga, que le ha retratado con generosidad en sus memorias, añade el obispo.

Una vista de San Juan Pablo II a España propició el anterior encuentro, y 23 años y dos papas después, José Sánchez se despide con una beatífica sonrisa: "Nos vemos en Nava, pero que no sea en un entierro".

Compartir el artículo

stats