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El cogollu

Ladis y noviembre

Noviembre se reivindica como el mes de los muertos. La semana ha sido notable. Ladis, al que también se le daban los obituarios, escribiría una pieza magistral con los ilustres fallecidos en estos días de crisantemos, pero se fue hace un año. Lejos del luto y con el dulce recuerdo, he vuelvo a reír con sus artículos. No digo sonreír, digo reír. Carcajadas sonoras, tanto de quienes conocíamos al autor como de algunos que sin saber de quien se trataba se encontraban con "La censura y la madre que la parió".

La Fundación familiar que preside Lalo Azcona ha editado dos libros con textos de su padre, Ladislao de Arriba Álvarez, Ladis. He podido leer y disfrutar de nuevo de su frescura periodística y de su coña marinera. Bajo el título "Desmemorias y miedos confesables" se incluye el pregón que pronunció en 2001 en las fiestas de Villaviciosa. A pesar de su "Gijón del alma" y su alma de Gijón, de su barrio del Carmen, la patria de Ladis, su adolescencia feliz fue Villaviciosa, desde el priorato de los Santa Eugenia de Peón hasta Seloriu. Como dejó dicho y escrito "el más bello concejo de esta Asturias a la que ninguna belleza es ajena".

De Candanal había salido el padre de Ramiro de Arriba Rendueles. Este emprendedor que llevó los teléfonos a Gijón, abrió una cervecería, montó el Café Boulevard e inició la senda familiar en el Banco de España, se casó con Benigna Estrada, una moza de Seloriu empleada de la familia Vigil Escalera. Ladislao de Arriba Estrada, "el del banco", padre de Ladis y abuelo de Lalo, es historia como testigo del asalto al Banco de España pot Durruti, otro óbito con historia de noviembre. Y Ladislao de Arriba Álvarez, el Juan Azcona de Radio Oviedo, el Ladis de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, el amigo inolvidable, sigue vivo y coñón en sus escritos.

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