La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El cogollu

Carnaval y sidra

Vivimos en pleno Carnaval. De Gijón a Canarias, la fiesta de Antroxu por aquí y Carnavales por allá toman la calle. Comadres, máscaras, murgas, música y desenfreno. Hay valores culturales y artísticos que se salvan del desorden y el exceso, aunque no siempre triunfa el buen gusto. Pocos salen de fiesta como antesala de la cuaresma. Cada vez más se prolongan sin complejos las carnestolendas después del miércoles de ceniza. La razón original del Carnaval no aparece. La fiesta ha calado más allá de sus raíces.

Canarias ofrece una gran oportunidad para conocer la cultura y el espectáculo del Carnaval. Se vive con pasión. Murgas y comparsas ensayan todo el año para estas noches de gloria. Amigos y amigas cotizan para sorprender con la mejor carroza, auténticos trailer de comida y abundante bebida, tuneados en discotecas rodantes. Las "drag queen" reinan sobre las plataformas.

Nada que ver norte y sur en las celebraciones del invierno. Como la noche y el día. Veinte grados de temperatura media y madrugadas templadas permiten dejar atrás con facilidad las angustias y cargas de la vida para ponerse el mejor disfraz. Un diminuto slip y el torso pintado es suficiente. Nadie sucumbe por bajas temperaturas. Entre los trece millones de turistas de Canarias hay quienes optan por este tiempo festivo para huir de la gélida Europa.

Sin ir muy lejos, un grupo de esta comarca ha decidido dejar el frío astur para disfrutar en Canarias. De Gijón, Siero y Sariego se han desplazado amigos y compañeros de trabajo en TSK dispuestos a gozar de "la eterna primavera" en Las Palmas de Gran Canaria. Hernán Queipo, Elena Ramos, Sergio Rodríguez, Pablo Córdoba y Miguel Miravalles son algunos. Ejerce de anfitrión en el Carnaval isleño David Ramos, de Trespando, que tomaba sidra con un grupo de asturianos de la diáspora en Las Palmas a la espera de los amigos de la patria querida. En Asturias, una vez más, se discute la conveniencia de subir el precio de la botella de sidra, mientras tanto, entre papas y mojo picón, a 3.000 kilómetros de la parroquia gijonesa de Lavandera, una de Trabanco se paga a 5,90 euros sin IVA. Es Carnaval.

Compartir el artículo

stats