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El cogollu

Clavelina, Jose e Isabel

La campaña de Clavelina García Rodríguez traspasa fronteras. La octogenaria que personifica la lucha contra el impuesto de sucesiones en el Principado ha logrado colarse en hogares de todo el territorio nacional con su impacto mediático. Queda claro que la presión fiscal se enfrenta a la rebelión de las clases medias, o mejor, de lo que queda. Así se ha podido intuir de la convocatoria para reivindicar la supresión del tributo que reunió a un buen número de manifestantes ante el Parlamento regional. Un grupo que con 108.738 firmas representa a una estimable porción de contribuyentes asturianos. Fenómenos como el que ilustra Clavelina fortalecen la democracia participativa, vuelcan un bien en la sociedad que siempre produce frutos. Pese a que en este tiempo de clamor por una fiscalidad más justa, se ha puesto de manifiesto con obscenidad que Hacienda no somos todos.

Protestas como la de Oviedo pueden ser premonitorias en la configuración de un nuevo rumbo para la política asturiana. Hay quien cree que nada da más votos que el dinero. En primera página de este periódico aparecían, bien visibles dos residentes en Nava. Entre los que coreaban "manos arriba, esto es un atraco" se encontraban José Fernández y su esposa María Isabel Lazcano. Se trata de un matrimonio con auténtico compromiso social y político. Tienen tres hijos, dos ya profesionales independientes, raíces en Corvera y residen desde hace trece años en La Laguna. Jose e Isabel, como se les conoce en Nava, representan, a la inversa, esa máxima que dice que la política hace extraños compañeros de cama. José Fernández se distingue por ser un cargo activo de Foro e Isabel Lazcano como disciplinada militante del PP de Mercedes Fernández. Asturias está así. En impuestos y en política.

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