La iniciativa se acerca al aforismo italiano: "se non è vero, è ben trovato". A quien se le haya ocurrido la feliz idea -pocas son las luces de algunos políticos- tendrá un lugar especial en el limbo de los justos. Uno recorre los pueblos y aldeas de la comarca y de otros valles y, a veces, no se encuentra nada más que con el viento, un perro ladrando que sale al encuentro, con el gozoso canto del gallo y, en este tiempo primaveral, con las golondrinas y los vencejos azules. No queda nadie. Como en la canción que alude al polvo y arena por debajo del puente. Nadie. Ya no hay forma de recuperar el tiempo perdido y que los jóvenes se queden en el lugar donde los nacieron. Pero a los druidas -hombres y mujeres- que quedan es necesario darles cuanto necesiten para que permanezcan el resto de sus días gozando de bienestar y compañía. El programa "Rompiendo distancias" entre Grado y Yernes-Tameza es un buen inicio para acercar a las gentes del mundo rural.