Hace un tiempo quise llamar la atención en este billete sobre la plaga de avispilla del castaño, planteando la necesidad de lucha biológica contra este insecto, que está acabando con nuestros castañares. La suelta de los primeros torimus sinensis, que combaten la avispilla, es una buena noticia. Si hay un árbol del que estoy prendado es del nogal. No sólo por la majestuosidad de su porte, también por la importancia dietética de sus frutos y la nobleza de su madera. Este año, las heladas tardías de fines de abril han causado importantes daños en brotes tiernos y además he observado incremento de una plaga que le afecta, la aceria erinea. Se trata de abolladuras de forma redondeada que afecta a las hojas produciendo un abombamientos convexos. La producen diminutos ácaros. Quienes sabemos la importancia de los árboles en la vida y la historia de la Humanidad sentimos cierta zozobra cuando descubrimos los peligros que se ciernen sobre nuestra flora. Pensamos si pasadas unas década ocurrirá con otras especie lo que ocurrió con el texu, del que existen contados ejemplares; dos ante la antigua Casa de Cultura.
