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El cogollu

Elogio de la boroña y su pregonera

Querida Ana Paz, hoy pregonas el Festival de la Boroña, en mi amada tierra de Torazu. He descubierto al repasar la comarca que profundizo más en Cabranes que en Nava. La memoria de mis mayores fluye por Torazu y Piloña. He disfrutado en La Cotariella, Cerezaleu, Incós o Pintueles. Por eso el Festival de la Boroña resulta tan familiar y entrañable.

Enhorabuena, por todo, querida pregonera. Conoces Asturias al detalle y has puesto en pie, a golpe de reportaje, una obra de éxito. Estas haciendo un profundo retrato de la Asturias de siempre. Eres delicada, discreta, bien educada. Tu éxito se basa en la sensibilidad y en el trabajo bien hecho, fiel a tus orígenes. Bien dirigida, te has labrado un nombre en el periodismo asturiano, en la mejor tradición familiar como hija de Manolo Paredes. Tienes muchos amigos, admiradores y lectores. Un diez para ti. Tu sencillez de trato me gustó desde que tuve la suerte de conocerte en los años juveniles de tus desvelos universitarios. Estudiabas Derecho y eras una tímida poetisa con inquietudes. Bajaste de la torre de marfil y el trabajo periodístico te ha guiado. Rastreas Asturias con curiosidad y comunicas con tu escritura concisa con quienes buscan lo más auténtico del paraíso natural. En este mundo virtual que nos absorbe has sido capaz de superar la superficialidad para anclarte en las raíces. Venturas y desventuras, personas y rincones, historia y vida. Todo discurre por tus páginas. Ahora te sonríe una popularidad y un éxito que compensan tantas noches sin brillo en la redacción de LA NUEVA ESPAÑA, en tu Oviedo del alma. En tanto tiempo compartido no había tenido ocasión para elogiar tu trabajo. Sumo mi palabra a las que lanzas hoy por la boroña y Cabranes en este nuevo triunfo tuyo en el robledal de la Sienra. Te felicito y te ofrezco este cogollu dominical, querida Ana Paz. Siempre nos quedará la boroña.

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