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El paragües

Gaznápiros

Sobre los que deciden cómo organizar los bancos

No creo que lo que en estas líneas critiqué la "máquina de hacer cola" que estuvo instalada en la oficina de Liberbank de La Pola haya influido para que ahora ya no esté; por cierto, que tras su desaparición disminuyó el tiempo de espera.

Pero por si acaso lo que se escribe pueda tener alguna incidencia, diré que hoy me duele el sentido común al ver que Liberbank se propone reducir más del 13% de sus empleados, usando un argumento ininteligible para el asiduo de ventanilla, que es quien hace que la entidad funcione: "conciliar la mejora de costes y la contención del gasto con el menor impacto en el empleo".

No se entiende tampoco que cuando no se cobraban comisiones ni demás rollos la banca diese, y ahora digan que no da. Gastando en bobadas igual no da. Y para que dé se aherroja a los trabajadores y se sisa a los clientes.

A quienes toman estas decisiones me apetece llamarles gaznápiros, pero me contengo y pienso que los gaznápiros probablemente seamos nosotros y ellos unos simples sacacuartos.

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