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El cogollu

Juan Roza y sus dos pasiones

El vicedecano de los llagareros de Nava, entre sidra y política

Sidra Roza logró el premio a la mejor sidra de Nava en el Festival del pasado fin de semana. Una edición más. Acumula triunfos, que recuerde Juan, así de memoria, desde 1988. Ha cosechado éxitos en Villaviciosa, Gijón y Nava. Lo ha ganado casi todo. Aunque ya los premios no le emocionen como antes. No es lo mismo para este empresario, hoy vicedecano de los llagareros navetos, tras Luis Pérez, de "El Piloñu".

Juan González de la Roza habla en presencia de su esposa Paloma Caso y de sus hijos, Juan y Mariano, de 11 años. La familia descansa en Maspalomas (Gran Canaria) después de cumplir con su pueblo y sus amigos en la gran fiesta de la sidra. Juan y su hermano Fernando forman parte de la tercera generación de una familia sidrera con el abuelo Andrés de la Roza, su padre Adriano González y su tío Pepe Roza.

"Más rompederos de cabeza me dio la política que la sidra", comenta como quien no quiere la cosa, y revela sus dos pasiones. Juan Roza vive para la sidra y vive la política. Una pasión que no se deja nunca, ni por prescripción facultativa, a diferencia de la bebida regional. Al palmarés de triunfos sidreros, Roza contrapone las derrotas del PP en Nava, los sinsabores, rupturas e incomprensiones políticas.

Militantes como Roza, habituados a hacer de la necesidad virtud, son indispensables e incombustibles. Como los gregarios de lujo del ciclismo, se ha fajado al servicio de los líderes populares. Se entregó con generosidad, en cuerpo y espíritu, y a diferencia de tantos otros con evidentes beneficios, blancos y negros, a este empresario de la sidra la actividad pública le ha costado amistades, disgustos y dinero. No es ambicioso ni en la política ni en nada, es resistente y leal. Y aunque no lo parezca, Juan Roza es un sentimental que sigue mimando la sidra sin perder de vista la política.

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