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El cogollu

Corrales, hijo adoptivo

Juan José Corrales Montequín, exalcalde socialista de Siero, ha sido nombrado hijo adoptivo del municipio que le conoció en su esplendor y en su ruina política. Nacido en Nava en 1953, Corrales es miembro de una representativa familia de la comarca. Hijo de un cabraniego de Pandenes, Juan Corrales, al que se recuerda como empleado del Cine Marisina y artesano de la madreña con Aurelio Pérez, "El Piloñu", y de la saregana Evangelina Montequín, ejemplar madre de familia. En la barriada de La Colegiata dio sus primeros pasos. Segundo entre cuatro hermanas, Olga, Gemma, Mage y Soledad, Juanjo forjó su carácter imponiéndose entre mujeres. Nunca le ha faltado memoria y una voluntad notable para el trabajo y el esfuerzo, distinguiéndose como buen estudiante en el internado de los dominicos de Corias (Cangas del Narcea).

Casado en Lieres, tras unos años en Nava estableció su solar definitivo en Pola de Siero. Con talento y carácter ganó su prestigio profesional como asesor laboral, tras unos inicios en CC OO. Un "Robin Hood" de los obreros, conseguidor de pensiones e incapacidades. Incontables gestiones e innumerables tratos a favor de sus vecinos le permitieron acumular lealtades, que acabaron mostrando su gratitud en las urnas. Cuando lo fueron a buscar, el salto a la política resultó sencillo. Contó con el respaldo del pueblo de Siero durante once años.

La política solo constituye una parte de Juanjo Corrales como persona. Tiene defectos, como tenemos todos. Y ha tenido poderosos enemigos e indeseables compañeros de partido. Lástima que su tiempo de alcalde terminara de forma poco decorosa, con un accidente de tráfico y positivo en alcoholemia, un lunes de Comadres. Supo dimitir y retirarse con discreción. En un gesto que le recupera, ha devuelto el dinero que cargó al erario público con una irregular subida de sueldos en el Ayuntamiento. Ha mantenido una actitud de sosiego atemperada por la enfermedad y sería injusto no reconocer sus cualidades personales. Pese a las diferencias políticas, Siero no ha fallado a Juanjo. Nava se hace de rogar con sus hijos merecedores de honores. Está claro que es más difícil ser amable que inteligente.

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